Teherán. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, lograba la reelección con
el 66 por ciento de apoyos cuando iba computado el 61 por ciento de voto emitido en las elecciones
de ayer, según informaron autoridades electorales. El principal desafiante de Ahmadineyad, el
moderado ex primer ministro Mir Hossein Mussavi, obtenía poco más del 30 por ciento de voto,
siempre según la comisión electoral del Ministerio del Interior.
Previamente, ambos candidatos se habían dicho vencedores de la contienda, la más
peleada que se recuerde de las presidenciales iraníes. Tras el conteo del 61 por ciento
principalmente de las provincias, donde domina el conservadurismo Ahmadineyad estaba al
frente por varios millones de votos.
En conferencia de prensa en Teherán, Mussavi dijo antes de que cerraran las
mesas que era el claro ganador de los comicios, pero acusó al gobierno de haber manipulado el
proceso de votación y el conteo de votos. En las anteriores presidenciales de 2005, se cree que
hubo manipulación del voto en favor de Ahmadineyad. Se espera que los resultados sigan llegando a
lo largo de hoy, sábado.
Las elecciones registraron una alta participación, desconocida en el país, donde
46,2 millones de ciudadanos con derecho a voto decidían si Ahmadineyad continuará en su cargo por
otros cuatro años o si será sucedido por alguno de los otros tres candidatos: Mussavi, el ex
presidente del Parlamento, Mehdi Karrubi, y Mohsen Rezai, buscado por la Justicia argentina por el
atentado criminal de la Amia.
Mesas desbordadas. La apertura de los locales electorales tuvo que ser extendida
varias veces para que todos los votantes pudieran sufragar, por lo que las 46.000 mesas no cerraron
antes de la medianoche local. El Ministerio del Interior pronosticó una participación de más del 70
por ciento. La agencia de noticias Ilna señaló que esta vez acudieron a las urnas muchos "votantes
silenciosos", como llamó a aquellos iraníes que no habían votado antes por su oposición al sistema
islámico.
Mussavi afirmó que el entusiasmo con el que la población acudió a las urnas
demuestra que los iraníes quieren un cambio. Se quejó de que el sistema de mensajes por celular SMS
en Teherán y en otras ciudades se cortó sospechosamente y denunció que algunos de sus fiscales no
recibieron permiso para inspeccionar los centros de votación. El Ministerio de Telecomunicaciones
confirmó que había "problemas técnicos" con los SMS. Mussavi cuenta con numerosos seguidores
jóvenes, que son los que acordaron utilizar este sistema para comunicarse las novedades electorales
y movilizar votantes. Mussavi anunció anoche que no dormirá hasta que no se conozca el resultado de
los comicios.
Ahmadineyad, quien votó en una mezquita en Teherán, comentó que la nutrida
afluencia a las urnas demuestra la voluntad de los iraníes de continuar por la senda del "orgullo,
el progreso y la prosperidad", en alusión a su criticada presidencia.
Hito histórico. Por su parte, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani aseguró
que éstas son unas de las elecciones más importantes celebradas en la historia del país, "que
seguramente tendrán un impacto importante sobre el futuro papel de Irán en el escenario mundial".
Rafsanyani, un clérigo moderado que conserva una gran influencia política en el país, es uno de los
críticos más feroces de Ahmadineyad, quien cuenta con el apoyo de la todopoderosa cúpula religiosa
conservadora. En todo caso, todos los candidatos autorizados a competir son miembros fieles del
régimen islámico, y no ponen en discusión sus rígidas instituciones. Los candidatos verdaderamente
críticos no son autorizados por una comisión de clérigos que tiene la única palabra sobre las
postulaciones. En caso de que ningún candidato logre la mayoría absoluta, habrá una segunda vuelta
el 19 de junio.
El presidente estadounidense, Barack Obama, saludó el "fuerte debate" que se
llevó a cabo en Irán durante la elección presidencial y expresó optimismo de que éste impulsará los
esfuerzos por abrir el diálogo con el Estado islámico. "Creemos que hay una posibilidad de cambio",
aseguró Obama.