En Chile, donde participa de la cumbre de dos días de jefes de Estado de América Latina y el Caribe y Europa, sostuvo que el Mercosur debe “discutir y reelaborar nuevas propuestas y presentar una nueva oferta en el último trimestre de este año” a la Unión Europea sobre un posible acuerdo comercial.
Fue luego de que la canciller alemana, Angela Merkel, pidiera en Chile mercados abiertos y libre comercio para estrechar aún más la relación entre la UE y la región, y celebrara los acuerdos en ese sentido alcanzados con Chile, Perú, Colombia y América Central.
“La negociación con la Unión Europea no puede ser con las bases tomadas en 2004. Hay que construir un nuevo esquema de premisas, primero intra Mercosur, porque no somos sólo Argentina y Brasil, sino entre todos, junto a Paraguay, Uruguay y Venezuela, sobre todo Paraguay, que tiene elecciones (presidenciales) y en agosto tendrá nuevas autoridades”, señaló la mandataria a la prensa.
Al respecto, Cristina llamó a “conformar una comisión ad hoc intra Mercosur para que discuta y reelaboren nuevas propuestas y una nueva oferta para presentar en el último trimestre de este año a la UE”, porque —según dijo— “en este nuevo mundo hay nuevos protagonistas y nuevos términos de intercambio comercial”.
“Hay países emergentes con desarrollo industrial emergente frente al consolidado desarrollo de la UE, y se necesita que esto sea previsto para que las asimetrías estén previstas, para que no se perjudique a nuestra industria y, sobre todo, a nuestros pueblos”, subrayó la presidenta.
En la cumbre celebrada en el Espacio Riesco, los líderes de la Unión Europea metieron presión sobre la Argentina y Brasil para que abran sus mercados y le den un impulso a las negociaciones para un acuerdo comercial en medio de la búsqueda de profundizar su comercio exterior para salir de la crisis que afecta al bloque europeo.
Tanto la UE como Estados Unidos demandaron a la Argentina ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las trabas a las importaciones, mientras que la Casa Rosada y el gobierno de Brasil critican la política europea de subsidios a sus agricultores.
Con Dilma. En una nueva señal de unidad, antes de la cumbre que reúne a los líderes de la Unión Europea (UE) con sus homólogos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la presidenta argentina se reunió con par de Brasil, Dilma Rousseff para ajustar posiciones.
El encuentro se desarrolló durante 40 minutos en el hotel Ritz, donde se hospeda Rousseff, y participaron ambas delegaciones oficiales, que incluyó por la Argentina a los ministros Norberto Yauhar (Agricultura), Julio De Vido (Planificación), Débora Giorgi (Industria); los viceministros Axel Kicilloff (Economía) y Eduardo Zuaín (Exterior) y la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, entre otros.
“La reunión fue breve pero buena, como siempre”, apuntó Cristina tras el encuentro, que abrió la agenda de contactos la presidenta con otros de los 40 jefes de Estado que asisten a la cumbre, en la que Cuba asumirá la presidencia protempore del bloque latinoamericano y caribeño.
Además, estuvieron presentes los embajadores argentinos en Brasil, Luis Kreckler, y en Chile, Ginés González García, y los funcionarios brasileños Antonio Patriota (canciller), Fernando Pimentel (Industria) y Marco Aurelio García (asesor internacional de la Presidencia).
Latinoamérica exige una relación entre iguales.La cumbre arrancó con una petición expresa de latinoamericanos y caribeños a sus socios europeos: la de “una relación menos vertical y más horizontal” en la construcción de una verdadera alianza estratégica. El pedido lo hizo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, anfitrión de un encuentro que reúne en la capital de su país a más de 40 jefes de Estado y de gobierno del Celac y la UE. Entre ellos están la canciller alemana, Angela Merkel; el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente cubano, Raúl Castro, que acude por primera vez a uno de estos encuentros.
No es la primera vez que América latina hace una petición semejante a sus socios europeos. Pero sí es la primera ocasión en la que la región se sabe parte de la solución de los problemas que atraviesa el bloque europeo, sumido aún en la peor crisis económica y financiera desde el nacimiento del euro. Y eso le da fuerza en su reclamo.
Tanta que la propia Merkel, la mandataria más poderosa de la UE, defendió ella misma esa “asociación estratégica entre iguales”. Las relaciones entre los dos bloques deben situarse en un nuevo nivel, dijo en el Palacio de La Moneda tras reunirse allí con Piñera antes de la cumbre.
El desarrollo económico de los países de la Celac y el interés de China en ellos indica a Europa “que debemos darnos prisa”, manifestó Merkel. Y es que los europeos, con esta crisis, se han dado cuenta de que necesitan recuperar espacio en Latinoamérica. “Esta cumbre no sólo es oportuna, es urgente”, apuntó Piñera.
La región latinoamericana superó con fortaleza las turbulencias internacionales y registra unas tasas de crecimiento envidiables para los europeos. O como dijo Piñera: “Un verdadero renacimiento”. Su necesidad de infraestructuras y sus 600 millones de habitantes representan una gran oportunidad para los europeos.
La cumbre se celebra bajo el lema “Alianza para un desarrollo sustentable: promoviendo inversiones de calidad social y ambiental”. Y varios países, como España, ven en las inversiones un punto central de su recuperación. Rajoy confía en que una mayor implantación en América latina de las empresas del país, sobre todo las pymes, compense la caída de la demanda por la crisis.
También ve una ayuda en las inversiones latinoamericanas, en un flujo inverso que empieza a crecer con fuerza. El jefe de Gobierno español lleva tiempo abogando por ellas. Y ayer se unió a él nada más ni nada menos que Merkel. “Los invitamos: inviertan en Europa, en Alemania, estamos abiertos”, dijo. Entre los mandatarios de la Celac los hay que toman con gran regocijo palabras de este tipo entre los europeos. Pero existe un bloque, en el que se enmarcan gobiernos como los de Argentina, Ecuador y Venezuela, que rechazan la facilitación de inversiones extranjeras y el libre comercio como motor del desarrollo.
“Cuando nos sometemos al mercado, hay problemas de carácter económico y social, mientras sigue creciendo la pobreza”, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su primera declaración al llegar a Santiago.
Para Europa, no obstante, “no podía haber mejor socio” para hacer frente a su crisis que la región latinoamericana, insistió por su parte en la inauguración del encuentro el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El portugués, sin embargo, advirtió de que aunque los países de la Celac hayan avanzado mucho en la última década y tengan un crecimiento más robusto, en la región siguen existiendo “problemas de desigualdad social y riesgos medioambientales”.