El presidente de General Motors para Argentina y el Cono Sur, Edgard Lourencon, reiteró ayer que
el proceso de convocatoria de acreedores de la automotriz en Estados Unidos no afecta a la filial
en Argentina, que es legal y operativamente autónoma respecto de la casa matriz.
El directivo explicó que el procedimiento de protección judicial al que
se acogió la firma en Estados Unidos, conocido como capítulo 11, involucra sólo “algunas de
las operaciones de GM” en ese país. En Argentina “se trata de una entidad distinta y
con solvencia económica”, por lo cual no afecta la continuidad de la producción de la planta
de Alvear ni la estructura de comercialización de las marcas que se comercializan en el país.
La tranquilidad de los directivos de la filial argentina deviene de su
ubicación en una región que consideran emergente en materia de crecimiento del mercado automotor y
de la elección del complejo industrial rosarino para desarrollar un nuevo proyecto, como el Viva,
que comenzará a comercializarse en el último trimestre del año.
“El camino de la reestructuración contempla la formación de una
nueva empresa, que va a contar con todos los activos de GM que permitan operar sustentablemente, y
como refuerzo adicional a esa posición las operaciones argentinas están dentro de esa nueva
firma”, señaló Lourencon.
En paralelo, la automotriz recibirá un fuerte espaldarazo del gobierno
nacional, cuando este jueves la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anuncie desde la planta
de Alvear el otorgamiento de un crédito, con los fondos de la Ansés, que contribuirá a financiar el
proyecto Viva.
“Es una buena coincidencia porque estamos trabajando juntos con el
gobierno en nuevas inversiones”, señaló Lourencon.
General Motors Argentina ocupa a unos 2 mil trabajadores en el país y es
una de las automotrices líderes en el mercado local, que el año pasado cerró con récord de ventas
de 615 mil unidades. Aunque este año se prevé una caída, el directivo de la firma prevé que cerrará
en cifras razonables.