Más de una veintena de jóvenes integrará el grupo de agentes con el que arrancará en Casilda la denominada policía comunitaria. Su debut está previsto para la primera quincena de abril una vez culminado el curso de capacitación al que lograron ingresar la mitad del año pasado sólo 23 de los 118 inscriptos para ocupar las 30 vacantes destinadas a la ciudad cabecera del departamento Caseros y que finalmente no se completarán. Es que muchos de los aspirantes quedaron en el camino al no superar los exámenes psicofísicos y otros desistieron ante la aparición de alternativas laborales diferentes u otras razones.
Aunque con menor número de efectivos al esperado Casilda se sumara a otras localidades santafesinas donde el programa ya funciona "con buenos resultados", según indicó a La Capital el director provincial de Proximidad Policial, Daniel Medus, quien estuvo recientemente en Casilda evaluando con el intendente Juan Carlos Bacalini la zona más conveniente para la implementación del servicio.
Si bien todavía no fue definido su lugar de operaciones se optará por una de las áreas conflictivas de la ciudad y que fueron focalizadas por el municipio en sectores de los barrios Granaderos a Caballo y Nueva Roma.
"Esta iniciativa permitirá un mayor acercamiento de los vecinos con la policía y redundará en más seguridad y mejor calidad de vida", dijo Bacalini para luego resaltar la importancia del programa en materia de participación ciudadana e inclusión.
El mandatario local aclaró que la policía de proximidad estará afectada a "un solo barrio o territorio de trabajo cuya elección estamos estudiando para que sea la correcta", dijo. Y en ese marco rescató la necesidad de que la ciudadanía se involucre en este tipo de acciones que tienden a la bajar la conflictividad social y el delito.
Positivo. Por su parte Medus hizo un balance "positivo" sobre los resultados que está arrojando el plan en las aún pocas comunidades santafesinas donde funciona.
La policía comunitaria tiene como objetivo "profundizar un conjunto de acciones tendientes a mejorar la calidad de vida, la convivencia y la seguridad de todos los ciudadanos a través de dos ejes de trabajo: Convivencia y Participación e Infraestructura y Hábitat".
Al menos así fue definido por el Ministerio de Seguridad de la provincia de la cual depende este programa que además apunta a "establecer vínculos estrechos con el vecino que conoce el entorno y los problemas donde (la policía comunitaria) presta servicios". A ello se suma que permite la construcción de "alianzas con las autoridades locales tanto públicas como privadas para un mejor desarrollo de las actividades de prevención del delito y de la violencia".
En enero de 2014 el programa dio inicio en el barrio Barranquitas de la ciudad de Santa Fe con 25 de efectivos que recorren las calles. Y en abril continuó en los barrios Las Flores Este, 17 de Agosto y La Granada, de Rosario, con 40 agentes. A la novedosa experiencia que también incluye otras comunidades ahora se sumará Casilda.