Emotivo regreso a EEUU de las periodistas liberadas en Norcorea
En un final feliz digno de Hollywood, Bill Clinton regresó ayer a EEUU con las dos periodistas
norteamericanas liberadas por Corea del Norte. Tras estar detenidas durante cinco meses en el país
comunista, las reporteras Laura Ling, de 32 años, y Euna Lee, de 36, llegaron al aeropuerto
californiano Bob Hope, justamente muy cerca de la meca del cine, y se abrazaron entre lágrimas con
sus familiares y seres queridos.
6 de agosto 2009 · 01:00hs
Los Angeles.— En un final feliz digno de Hollywood, Bill Clinton regresó
ayer a EEUU con las dos periodistas norteamericanas liberadas por Corea del Norte. Tras estar
detenidas durante cinco meses en el país comunista, las reporteras Laura Ling, de 32 años, y Euna
Lee, de 36, llegaron al aeropuerto californiano Bob Hope, justamente muy cerca de la meca del cine,
y se abrazaron entre lágrimas con sus familiares y seres queridos.
La sorpresiva misión humanitaria del ex presidente estadounidense resultó un
éxito: Clinton viajó sin anuncios a Corea del Norte, un país en permanente conflicto con Washington
a raíz de su polémico programa nuclear.
Allí se reunió con el líder Kim Jong Il, un dictador oscuro y temible que
gobierna con mano dura la nación asiática. Pocas horas después, el régimen comunista decidió
indultar a las periodistas.
Laura Ling y Euna Lee pasaron cinco meses en prisión desde que se perdieron en
la frontera entre China y Corea del Norte, mientras realizaban un trabajo para Current TV, un canal
de cable cofundado por el ex número dos de Clinton, Al Gore. Las periodistas investigaban una
historia sobre mujeres y tráfico de personas cuando fueron arrestadas, acusadas de traspaso ilegal
de la frontera.
Desde entonces fueron mantenidas casi siempre en la oscuridad, y sólo se les
permitían breves contactos con sus familias. La sentencia fue dura: 12 años de trabajos
forzados.
Fin de la pesadilla. Finalmente las periodistas fueron convocadas a un
encuentro. Ling evocó ayer la sorpresa y su euforia al ver a Clinton, en lugar de ser enviada a
otro terrorífico destino. "Estábamos impresionadas, pero supimos al instante en nuestros corazones
que la pesadilla de nuestras vidas estaba finalizando y ahora estamos aquí, en casa y libres",
relató.
La sensacional llegada de las mujeres fue emitida una y otra vez por los canales
de noticias estadounidenses. La mezcla de drama familiar, éxito en la diplomacia y las imágenes
cautivadoras serían el sueño de cualquier productor de televisión.
Sin embargo, detrás de la emoción y los aplausos para Clinton, los analistas
políticos aseguraron que Corea del Norte tenía motivos para liberar a las periodistas.
Necesidades económicas. Los observadores comentaron que la cobertura televisiva
de la reunión entre Kim y Clinton ofrecía algunas pistas. A pesar de que Kim apareció
considerablemente más delgado, las escenas en que mostraba su sonrisa y vitalidad podrían acallar
las crecientes especulaciones de que padece una grave enfermedad.
"En la cena con Clinton, Kim demostró que está en condiciones de conversar
durante horas", dijo Yang Moo Jin, un profesor universitario surcoreano especialista en
Norcorea.
Los analistas afirmaron además que el lenguaje corporal de Kim y su séquito
reflejó claramente el deleite por la oportunidad de enmendar los frágiles lazos con EEUU.
La supuesta buena disposición, encaminada a mejorar las relaciones con
Washington, está fundada en la creciente necesidad de Pyongyang de ayudas exteriores para respaldar
una campaña de restructuración económica.
El líder comunista prometió que revitalizará la renqueante economía del país
para 2012, coincidiendo con su cumpleaños número 70.
La desesperación norcoreana puede estar relacionada también con el cambio de
actitud de China hacia su aliado. Pekín ha reducido notablemente sus muestras de simpatía hacia
Pyongyang desde que Norcorea puso a prueba la paciencia mundial con el lanzamiento de misiles y la
detonación de un artefacto nuclear en los últimos meses.