La fábrica de trolebuses que una comitiva municipal visitará en los próximos días en Rusia tiene previsto abrir, antes de fin de año, una ensambladora en Córdoba. Fue el edil radical Jorge Boasso el encargado de relacionar ambas situaciones en la sesión de ayer del Concejo. Y, al respecto, adelantó que hoy ingresará un pedido de informes con varios interrogantes.
Sin perder la calma, Boasso arrancó la sesión con el tema trolebuses. La piedra de toque fue el pedido de licencia del concejal Carlos Comi, quien formará parte del viaje a Rusia convocado por el Ejecutivo.
El radical no sólo se abstuvo de votar esa solicitud sino que desempolvó una iniciativa suya del 17 de septiembre de 2010, cuando propuso estudiar la factibilidad de extender el recorrido de esas unidades e incorporar las llamadas ecológicas.
"Dicha tecnología, aplicada por la empresa Belkommunmash. permite que el vehículo funcione con un motor diésel eléctrico que genera energía cuando no está conectado a la catenarias (sistema de cables), pudiendo así desplazarse por zonas en las que las mismas no están instaladas", había escrito Boasso en aquel proyecto que el Ejecutivo respondió un año después.
De ese modo, en una nota del 30 de junio de 2011, y en respuesta a su iniciativa, la Municipalidad le informa a Boasso que en abril había firmado un convenio en comodato con la empresa bielorrusa Belkommunmash, a través del cual, esa firma prestaría sin costo alguno una unidad de trolebús articulado, modelo 43303A y cero kilómetro, por el término de seis meses a fin de que pudiera ser evaluado en la ciudad.
La nota también brinda las especificaciones del trolebús: 38 personas sentadas y 150 paradas, con aire acondicionado, piso bajo y rampa para discapacitados.
Una verdadera fotografía del modelo descripto por la comitiva que ahora se apresta a viajar a Rusia.
"¿Alguien lo vio por las calles de Rosario?", interrogó Boasso, seguro de la respuesta: el trolebús de muestra nunca llegó. "Como eso quedó inconcluso, no encuentro explicación para el viaje que ahora hará el Ejecutivo a Rusia y, como necesito respuestas, presento un pedido de informes", enfatizó el edil.
Luego, el radical desgranó los interrogantes que, además, incluyen la pregunta del asombro: porqué viajan a Rusia si antes de fin de año la fábrica que irán a visitar abrirá una planta en Córdoba.
Explicación. Ahora, Boasso quiere saber quién paga el viaje de tres funcionarios rosarinos a Rusia, por qué la Municipalidad no concretó el convenio que anunció en 2011 con la empresa bielorrusa Belkommunmash, por qué ahora están interesados en la fábrica Trolza y, por supuesto, por qué harán el viaje si pueden ver las unidades antes de fin de año en Córdoba.
Para el concejal, hay una respuesta ineludible: el costo del viaje. "Si lo paga la Municipalidad, es decir todos, es un viaje inútil. Si lo paga la empresa, habrá que investigarlo", dijo.
En esa línea, recordó que cuando fue invitado por el Ejecutivo a San Francisco (Estados Unidos), pagó el viaje de su bolsillo y que hubo otros concejales que nunca aceptaron formar parte de ese tipo de comitivas.
"Por eso me abstuve de autorizar a Comi", contó Boasso, aunque queda claro que esa sólo es la parte visible del iceberg sobre el cual, asegura, aún espera ver el trolebús ecológico prometido tres años atrás como botón de muestra.
En su edición del 9 de abril pasado, el diario la Voz del Interior (Córdoba) reflejó que "antes de fin de año la fábrica de trolebuses abrirá una ensambladora en la ciudad para que la provincia se transforme en su plataforma de expansión en Latinoamérica, con una inversión estimada en 7 millones de dólares". El anuncio corrió por cuenta del director general de esa firma, Iván Kotvitskiy.
"En esa ciudad tenemos especialistas capacitados por nosotros, que conoce nuestros productos, una representación oficial y una catenaria propia. No hay duda de que es el mejor lugar para instalar la nueva sede y que actúe como ensambladora y showroom para la expansión que proyectamos en la región", indicó por entonces Kotvitskiy.