El socialismo logró retener la presidencia del Concejo después de más de 14
horas de arduas negociaciones y en el marco de una votación que llegó a la 0.50 de hoy. Los ediles
también decidieron que la vicepresidencia primera recayera en la kirchnerista Norma López y la
segunda en el radical Jorge Boasso.
La llave que abrió la puerta a la segunda reelección del oficialista Miguel
Zamarini fue la abstención adelantada por el radical Jorge Boasso, quien consideró correspondida su
demanda de que el presidente renunciara al uso del doble voto en caso de desempate y dio quórum
para que pudiera comenzar la sesión. Anoche también se abstuvo de votar Laura Weskamp (PRO) porque
no se sintió representada por los candidatos que pugnaban por ocupar la presidencia.
La elección llegó como corolario de una jornada plagada de frenéticas
negociaciones en las que la oposición decidió ofertar a Daniela León (UCR) como aspirante a la
jefatura del cuerpo. Aunque las trabas que signaron la sesión preparatoria se multiplicaron a la
hora de conformar las comisiones.
Ese fue el meollo de la cuestión, socialistas y opositores estuvieron gran parte
del día enfrascados en tires y aflojes por el control de comisiones clave y la oposición recién
bajó al recinto después de que se votaron las nuevas autoridades a la 0.50. A esa altura de la
jornada, los socialistas contaban con 11 votos a favor de Zamarini contra 8 ó 9. Es más, la de por
sí compleja jornada parlamentaria había empeorado cuando el interbloque disidente rechazó
incorporar a Boasso en algunas de las cinco comisiones que le corresponden al sector. ¿Los motivos?
Ahora no lo consideran opositor.
Tras la asunción de los ediles electos el 27 de septiembre, y cuando se preveía
un desempate por sorteo para dirimir la presidencia del Palacio Vasallo, Boasso propuso sobre el
mediodía que el oficialismo renunciara a la herramienta del doble voto para los casos de
igualdad.
Las reuniones a puertas cerradas crecieron y el bloque del Frente Progresista
emitió un documento (firmado por sus once integrantes) que anticipó la aceptación de la iniciativa
del radical, salvo en "casos excepcionales". En función de que el oficialismo no cuenta con
mayoría, porque con la renovación de bancas quedó empatado en once ediles con la oposición, la
movida de Boasso fue clave.
El compromiso oficialista incluyó, además de la no utilización del doble voto
"en caso de excepcionalidad", la cesión de la mitad de las diez comisiones a la oposición.
Mientras los disidentes masticaban bronca y aludían a una negociación por la
jefatura de la comisión de Planeamiento y la participación en las de Presupuesto, Gobierno y
Servicios Públicos, cosa que anoche no había prosperado. Boasso justificó su planteo: "Refleja lo
votado por los rosarinos, el fin de la mayoría automática" (ver aparte).
Para los restantes cargos administrativos y la Oficina Municipal de Defensa del
Consumidor se mantendrá el esquema de 2009.