El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi tendrá que dejar su escaño como senador, después de que la Cámara alta del Parlamento votara ayer a favor de su expulsión tras haber sido condenado en firme por fraude fiscal. Berlusconi, de 77 años, perdió así su cargo público más importante y durante seis años no podrá presentarse a una nueva candidatura. Además ya no tendrá inmunidad para otros procesos. Su partido intentó hasta último momento evitar su expulsión y tampoco sirvió el pedido de indulto al presidente Giorgio Napolitano. "Il Cavaliere" no estuvo presente durante la votación, probablemente para escapar de una humillación adicional.
La votación, tras meses de inestabilidad, abre una nueva fase de incertidumbre en la política italiana, mientras el magnate de los medios de 77 años se prepara para usar sus vastos recursos para atacar al gobierno de coalición del premier Enrico Letta. "Estamos aquí en un día amargo, un día de luto para la democracia", dijo Berlusconi a varios miles de seguidores del refundado partido Forza Italia frente a su residencia en el centro de Roma, mientras el Senado votaba a unas pocas cuadras. En declaraciones a la multitud congregada junto a su residencia en Roma, el multimillonario zar mediático dijo que era víctima de la "extrema izquierda" que está intentando apartarlo del poder en nombre "del camino judicial hacia el socialismo, en contra del capitalismo burgués". Sus seguidores se manifestaron en Roma y advirtieron que se avecina "el fin de la democracia" y "el imperio del Estado".
Sin la inmunidad parlamentaria de la que gozaba, Berlusconi es ahora más vulnerable a una serie de casos, en los cuales está acusado por delitos que incluyen soborno y pago para mantener sexo con menores de edad (ver aparte). Y ya no cuenta con suficiente respaldo en el Parlamento para derrocar al gobierno de Enrico Letta, que el martes ganó con facilidad una votación de confianza sobre el presupuesto 2014, con el apoyo de unos 30 disidentes —entre ellos el ministro del Interior Angelino Alfano, el viejo compañero de ruta de Berlusconi— que abandonaron Forza Italia este mes.
El Senado declaró a Il Cavaliere inelegible para integrar el Parlamento, después de que la Justicia italiana lo condenara como el mentor de un complejo sistema ilegal de facturación inflada para reducir los cargos impositivos de su imperio televisivo Mediaset. Según una ley aprobada el año pasado con respaldo del propio Berlusconi, los políticos condenados por delitos ofensivos graves son inelegibles para integrar el Parlamento de Italia. La expulsión requiere ser confirmada por una votación plena en el Senado. La corte sentenció a Berlusconi a cuatro años de cárcel —conmutados por un año de posible trabajo comunitario— y también le prohibió el ejercicio de cargos públicos por dos años, lo que impide cualquier regreso inmediato del magnate al gobierno.
Advertencia. Berlusconi aseguró a sus seguidores que permanecerá activo en la política. "No me retiraré a cualquier monasterio. Estamos aquí, nos quedaremos aquí", anunció. "Incluso fuera del Parlamento se puede luchar, luchar por la libertad", aseguró. El zar de los medios influyó durante dos décadas en la escena política italiana. Fue primer ministro en tres oportunidades. Pasó 3.340 días en el Palacio de gobierno Chigi en el centro de Roma, más tiempo que ningún otro político en la historia de la República de Italia.
El Senado discutió acaloradamente durante toda la mañana sobre la expulsión de Berlusconi. Antes de la votación ya se vislumbraba una mayoría integrada por la coalición gobernante de centroizquierda y la oposición del Movimiento 5 estrellas (M5S) antiestablihment, del cómico Beppe Grillo, a favor de la expulsión del ex senador. "La votación sobre la expulsión es nuestro deber con respecto a las leyes. El PD (gobernante Partido Democrático) no tiene que hacer otra cosa que tomar conocimiento de la sentencia del Tribunal de Apelaciones", dijo el senador del PD Luigi Zanda. Para Alessandra Mussolini, nieta del dictador Benito, senadora fiel a Berlusconi, había que votar en contra de su expulsión por "ética, corazón y humanidad", dijo.
"Esto es un motín". Por su parte, los simpatizantes del partido de Berlusconi, Forza Italia (FI) atacaron a los otros políticos y exigieron reiteradamente no expulsar a Berlusconi. "Esto es un motín, un grave error del cual se van a arrepentir", previno el senador Carlo Giovanardi del partido Nuvo Centrodestra (NCD). Cuatro senadores del Forza Italia aparecieron en el Parlamento vestidos de negro en señal de luto.
La remoción intensificaría las tensiones políticas que han impedido cualquier reforma seria de la estancada economía italiana, que experimenta problemas para combatir un desempleo juvenil de más del 40 por ciento y está sumergida en una recesión desde hace más de dos años. Berlusconi probablemente seguirá siendo un oponente complicado para el gobierno, al igual que Grillo, quien no tiene asiento en el Parlamento pero suele arremeter contra la administración de Letta en encuentros públicos y desde su blog. Fiel a su estilo, Il Cavaliere dijo que no se retira y que prosigue su carrera política como líder de los casi 10 millones de italianos que lo eligieron y sostienen.