Durante los dos primeros meses de 2009, las exportaciones de alimentos alcanzaron un valor de
2.054,4 millones de dólares, por lo que se verificó una disminución del 21%, mientras que las
ventas en volumen fueron de 5,2 millones de toneladas, con una caída del 14,5%, contra igual
período del año anterior como consecuencia de la crisis económica y financiera internacional.
De este modo, se deja atrás un período expansivo de siete años consecutivos en cuanto a valor y
de seis años seguidos medido en cantidades exportadas.
Graciela Alabarce, titular de productos La Cumbre, remarcó que si bien la producción de su
empresa se sostiene en buenos niveles, explicó que en un año difícil para la economía global "lo
importante es buscar dentro del rubro de cada uno cómo salir lo menos golpeado".
Apuesta al empleo
"Las empresas entendimos que debemos seguir apostando a hacer negocios. Las cuestiones políticas
no tienen que paralizarnos. Es el momento de ser innovadores y retener talentos. Esta crisis nos
tiene que encontrar con las herramientas precisas para cuando la superemos", dijo y subrayó que en
el sector "nadie piensa en cerrar las puertas".
La responsable de la firma rosarina, que acaba de cerrar un acuerdo con la Fundación Favaloro
para producir una línea de productos saludables, señaló que el camino es "generar negocios para
mantener los puestos de trabajo".
Roberto Inza, gerente comercial de la fábrica de hornos y máquinas para la panificación
Argental, manifestó "que hay que ponerle el pecho a la crisis", aunque aclaró que hasta ahora su
compañía no sufrió ninguna baja ni en el mercado interno ni en el externo.
La fábrica de Granadero Baigorria mantiene sus ventas "razonablemente altas", puntualizó.
Una de los negocios más fuertes de Argental llegó de la mano del importador y ahora director del
Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae), Jefferson Nogaroli, quién se
convirtió el año pasado en representante de la firma santafesina y logró importantes operaciones en
el vecino país.
Un sector contraído
Otra es la mirada de Pablo Vadillo, titular de la fábrica de equipamiento para la industria
Tecnofrig. La disminución de la actividad de los frigoríficos afectó directamente a la firma de
Carcaraña. "Estamos con vida gracias a la exportación y eso es porque nuestro comercio exterior
está enfocado a países de América latina que están bastante despegados de la crisis internacional",
dijo.
El empresario puntualizó que en abril y mayo se reactivó un poco el mercado pero desde noviembre
las ventas cayeron un 60%.
Por otra parte, mostró su preocupación porque aún no está claro qué pasará con el mercado local,
aunque asegura que los frigoríficos consumeros están mejor que los que priorizan la
exportación.
En tanto, Alvaro Mariezcurrena, gerente de marketing de la empresa Kretz, indicó que a pesar de
las turbulencias globales en la fábrica de balanzas apuestan a seguir creciendo. "Nuestra
expectativa es buena, aunque no óptima, pero seguimos apostando y por eso en marzo desembarcamos en
México para replicar la planta como la que tenemos acá", indicó el directivo, quien también
mencionó que durante Fiar 2009 presentaron tres nuevos productos: una línea de balanzas industrial,
otra comercial y otra para supermercados.
Aunque Mariezcurrena explicó que las ventas se mantienen dentro de los parámetros esperables,
detalló que "no hay picos de demandas" como en otros momentos. "Nos complementamos con el mercado
externo que en general no se vio afectado", indicó.
Lisandro Pagani, titular de Industrias Gráficas Pagani, contó que durante enero y febrero
registraron una baja de la producción del 30%, una cifra que antes era normal por la época del año
pero que desde hacía algunos años no se producía.
"En este escenario de incertidumbre todo el mundo agotó stock y ahora estamos trabajando al
85/90% de nuestra capacidad de producción. Un cambio que notamos es que ahora tenemos pedidos a 30
días cuando antes eran a 90 días", contextualizó el empresario, quien dijo estar sorprendido porque
se esperaba un año más difícil.
En ese sentido, precisó que uno de los problemas que surgieron consiste en que los clientes
buscan una baja de precios debido a que aumentó la capacidad ociosa de algunas empresas y se
incrementó la competencia. Pagani también señaló que comenzó a registrarse un mayor plazo para las
cobranzas.
Con una mirada más dura, Carlos Rivero, socio gerente de la fábrica de cocinas Fornax, apuntó
que "en el marco de una situación crítica nadie quiere hacer inversiones" y las ventas merman.
"Los restaurantes son nuestros principales clientes y ahora no habré ninguno nuevo, y los que
están sólo tienen gente el sábado a la noche y en el horario pico. Nadie quiere invertir", subrayó
y agregó que su nivel de producción cayó un 15%.
Para Rivero el escenario es aún más complejo porque las exportaciones están frenadas. "Está todo
parado por el problema del dólar. El precio de la materia prima subió peor no fue acompañado por el
valor del dólar", resumió.
Sin embargo, mencionó que épocas de crisis "las familias se ponen creativas y ven en la cocina
de empandas, pizzas o tortas una salida laboral".
Floreal Fernández Niello, gerente comercial de Inalpa, mencionó que en general las ventas
cayeron mucho durante este año y se mostró muy preocupado por la pérdida de la cosecha de lentejas
y arvejas producto de la sequía en el norte de la provincia. "Vamos a tener que exportar y eso
encarece mucho los costos", precisó.
El empresario explicó que actualmente disminuyeron las ventas de casi todos los segmentos, la
excepción fue la demanda de las cadenas nacionales. "La gente sólo compra cuando hay promociones de
las tarjetas de crédito y eso lo hacen los hipermercados", dijo Fernández Niello para quien "sería
un éxito si la producción de Inalpa de este año iguala a la de 2008".
En tanto, Norberto Gugliotta, gerente de Cosar Bee Honey, también mostró su preocupación por el
efecto de la sequía. Es que este año la producción de la cooperativa de productores de miel, que
trabaja asociada a la fraccionadora Valor Natural, mermó notablemente y eso afectó los
negocios.
"En general este año viene bien, no es excelente pero tampoco deplorable. Para nosotros es un
año más complicado por la sequía que por la crisis internacional. La falta de agua afecta a la miel
porque no se pudo sembrar la pastura, eso hace que no haya flores y si no hay flores no hay
abejas", detalló Gugliotta al tiempo que mencionó que en un buen año Cosar produce entre 900 y mil
toneladas de mil al año y para 2009 prevén un nivel "mucho más bajo".
La industria de la alimentación no se encuentra en un estado crítico como otros sectores, tal el
caso de las automotrices o la maquinaria agrícola, pero la luz amarilla está encendida. Salir con
las menores bajas posibles de la crisis internacional y de las turbulencias políticas nacionales es
la consigna de los empresarios del sector.