Su prosa exalta poesía y su voz desprende el más profundo deseo. Lucas Martí supo construir, desde sus comienzos en la banda A Tirador Láser y luego en su etapa solista y con su proyecto Varias Artistas, un sinfín de canciones que dieron vida a más de doce discos. Inspirado en las distintas dimensiones que coquetean con lo onírico y la faceta autoreferencial, Martí, hermano de Emannuel Horvilleur, asegura que "uno puede hacer cualquier cosa bajo el nombre del rock". Y así procede. Acaba de lanzar "El hijo principal", un disco de piano y voz, con canciones autobiográficas escritas y cantadas por Martí y arregladas e interpretadas en piano por Darío Jalfin. El disco escapa a antiguas y futuras tendencias para ubicarse en un lugar atemporal sin pretensiones de nada mas que música y letra. Antes de la presentación, que será mañana, a las 22, en Berlín (Pasaje Zavala 1128), el cantante, compositor y además, artista plástico, dialogó con Escenario acerca de su estilo compositivo.
—¿Cómo surgió este disco de piano y voz junto a Darío Jalfin?
—Es un proyecto que empezamos con Darío hace dos años, a partir de un ciclo que él organizaba donde hacían versiones en piano de diferentes intérpretes. Me invitó a participar para hacer temas míos en formato piano y voz. En ese momento, yo no conocía a nadie para poder hacerlo, así que le dije que participaba pero si lo hacíamos juntos. Darío se copó, yo hice una selección de temas míos, él los sacó, hicimos ese show, y a partir de ahí, surgió hacer otro show. Hasta que Darío me propuso que grabásemos todas las canciones que habíamos preparado juntos. Me gustó la idea, pero no quería re grabar viejos temas, que era lo que estábamos haciendo en vivo, sino que quería grabar temas nuevos. Para Dario fue semi traumático porque él había laburado un montón en las versiones. Pero aceptó, y así fue como grabamos el disco en 2012 y salió este año.
—¿A qué te referís con "El hijo principal"?
—Es una metáfora que hace alusión al terreno de pensamiento subterráneo. Todos tenemos nuestros pensamientos ultra secretos que no compartimos ni siquiera con un psicólogo. El hecho de reconocer que un hijo es el principal y el otro no, sería tremendo. La metáfora es esa pero podría haber sido otra. El disco no tiene tanto que ver con ser padre o hijo, sino que tiene más que ver con el animarse a decir algo que sería fuerte.
—Estas versiones de sólo piano dejan un sabor desgarrador. ¿Tenés una visión trágica?
—Quizás lo que más se vea de afuera sea eso, es mi manera de escribir. Pero en realidad yo siempre trato de transmitir algo positivo. Es verdad que hay letras dramáticas, pero después trato de hablar de mí y de escribir cosas alentadoras con respecto a la vida y al amor.
—Como en el caso de la optimista "El momento de tu historia", que abre el disco...
—Es un mensaje muy presente en todas mis letras, el de hacer éste el momento de uno, donde hay que desprenderse de muchas cosas, hacerse cargo y darle para adelante. Lo que uno escribe tiene que ver con lo libre que sea uno en la vida. Yo me animo a hablar de cosas sin tenerle miedo a lo que vayan a decir, ni los críticos ni el público, porque si bien a uno le gusta que la gente se enganche con lo que hacés, si eso es una prioridad, es una cagada.
—En una nota dijiste que mucha gente piensa que tu música es complicada y se preguntan "¿Cuál es el estribillo o cuál es el hit?". ¿Cómo es esto de no cumplir con el formato del estribillo repetitivo como las canciones de Chayanne?
—Elegí el camino del rock y del pop porque son los géneros que más se han abierto. El rock se lo permitió todo. Es un género con el cual se logra una libertad absoluta, que es el verdadero espíritu del rock. En este camino que elegí, creo que uno puede hacer cualquier cosa bajo el nombre del rock.
—¿Para cuándo un disco con tu hermano Emanuel Horvilleur?
—Yo participé mucho en sus discos. Él es el que más ha amenazado con haceruno juntos, pero es el que menos puede, ojalá podamos concretarlo.