Muchos recuerdan con tristeza lo ocurrido hace unos años cuando una gran precipitación provocó 4
muertes. Luego por años se pidieron soluciones.
Una tragedia enlutó a Victoria el 8 de abril de 2006, cuando una lluvia
récord generó una violenta correntada por las calles en pendiente que desembocan en la zanja de
Joti, que se devoró un automóvil como si fuera una caja de cartón.
En su interior viajaban Lucía Fernández (12) y Lázaro Churruarín (8),
quienes salvaron milagrosamente su vida, mientras que Fernanda Caballero (22), su hijo Federico
(5), Clelia Churruarín (32) —madre de los dos sobrevivientes— y su beba Virginia
Lombardi de un año y medio murieron ahogados.
La desdicha alzó más que nunca las voces de los vecinos que durante
décadas pidieron al Estado una solución a la funesta Zanja de Joti y sus consecuencias. Sólo
después de estas cuatro muertes se llamó a licitación para las obras, que hoy registrarían
alrededor de un 95 por ciento de concreción.