"Escuchame, ubicame al secretario de Floiger o a Floiger y decile que voy a ir con las filmaciones que tenemos y va ir en cana hasta Bonfatti". Advertencia de Monchi Machuca, integrante de la banda de Los Monos al policía Chavo Maciel. Escucha telefónica en poder del juez Vienna.
Tenés dos maneras de encarar el oficio y en particular este tema del narcotráfico. La primera es desde la certeza, la convicción. Reafirmo lo que pienso y busco corroborarlo como sea, sólo escucho al que coincide con mi opinión. Predico, evangelizo, sentencio.
La segunda opción es trabajar desde la duda y el cuestionamiento, de todas las verdades reveladas y la opinión de sus sacerdotes. Es cierto, la duda tiene mala prensa, se la asocia —equivocadamente- con la debilidad, la falta de carácter y cierta actitud pusilánime, algo así como: el que duda es un cobarde. Sin embargo los grandes avances de la humanidad fueron alumbrados por mentes que utilizaron la duda y el cuestionamiento como combustible inicial para derrumbar mitos y paradigmas establecidos. El ciclo sería así: duda, cuestionamiento, cambio.
El rodeo conceptual es necesario para reconocer lo que sabemos, cuáles son nuestras certezas, y no menos importante, cuáles son nuestras dudas y preguntas al desmantelamiento del poder narco; y si tenemos inteligencia y suerte, el cambio.
Las certezas:
El negocio narco entró en su apogeo en los últimos años. No solo en Rosario, sino en toda la Argentina (según datos de especialistas, somos el país de mayor consumo de Latinoamérica).
El auge del negocio trajo aparejado el florecimiento de una economía delictual cada vez más violenta y poderosa.
La escala del negocio cambió el paradigma. Ya no se paga "peaje" para vender droga impunemente, se necesita protección y cierta seguridad. Los infiltrados en las fuerzas de seguridad son inevitables. Ahora estos topos con acceso a la información son socios e interesados en el mejoramiento de la venta y distribución. No tienen una cuota -parte de aquellas viejas y conocidas cajas negras- ahora van a resultado. A más venta más utilidad.
El excedente de las ganancias extraordinarias se derramaron en parte sobre la economía legal.
Ahora los cuestionamientos y las dudas:
La brutalidad de los ajustes de cuentas entre narcos, erróneamente nos hace pensar que la gran mayoría de la sociedad está a salvo. Error. Tal vez sea instinto de supervivencia, escapismo, negación o simple estupidez. Poco importa, lo cierto es que el asesinato de Jere, Patón y el Mono, y las demás víctimas inocentes dejaron al desnudo esa mentira. "Si no estás en la joda, no te va a pasar nada". ¿Te suena conocido el pensamiento? Y sí, igual al de los setenta.
Para ese razonamiento, si hablamos de narcos, es casi lógico que sean pibes marginales (soldaditos en la jerga que vamos aprendiendo) los que ofician como fuerza de choque, cuando no como killers a sueldo. Que la banda se la conozca como Los Monos, y que su teatro de operaciones sean las barriadas marginales de Rosario.
Pero acá empiezan las dudas. ¿Y si no solo son Los Monos, estos sujetos violentos "pre-evolución" del homo sapiens, los que participan y lucran de esta orgía de violencia? Un poco más: ¿estamos preparados, maduros, como sociedad para digerir que en su evolución, Los Monos, incorporaron socios visibles con hábitos y modales más refinados? Tal vez hoy usan trajes, poseen títulos universitarios, gozan de cierta reputación. Estos cómplices, los más evolucionados en palabras de Darwin, se mueven en otro teatro de operaciones. Este es, seguramente más sofisticado, más "normal" a la vista de sus conciudadanos, más céntrico y por cierto, cínico.
A muchos les preocupa que "un mono" de pelo largo y auto despampanante, manejara una de las bandas más siniestras de las últimas décadas. En mi caso, me preocupa aún más su clon "evolucionado", sofisticado de ese líder narco que hoy convive solapadamente entre nosotros y es, no lo dudes, mucho más peligroso.
Que sea justicia para todos y todas, monos y evolucionados, y por favor no jueguen a la política con este tema. En esto, nos va la vida.