El peronismo bonaerense comenzó a dar muestras de "inquietud" e "incertidumbre" frente a la falta de definiciones acerca del candidato oficial a la Gobernación de esa provincia y al temor de que el Frente para la Victoria (FpV) demore el armado necesario para evitar una derrota electoral en octubre próximo.
Cinco dirigentes y operadores políticos del oficialismo coincidieron en que es necesario "cuanto antes" definir quiénes son los candidatos a presidente y a gobernador . "Cuanto más se demore, más difícil será evitar una derrota", indicaron.
En territorio bonaerense, los precandidatos del FpV siguen siendo el intendente de Berazategui, Patricio Mussi; el titular de la Ansés, Diego Bossio; el jefe comunal de La Matanza, Fernando Espinoza, y el vicegobernador Gabriel Mariotto.
Antes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, muchos dirigentes del Frente para la Victoria promovían la fórmula Sergio Berni-Bossio. Argumentaban que el primero era sinónimo de "lucha contra la inseguridad" y que el segundo aportaba "la juventud y el compromiso".
No obstante, el trágico final de Nisman y el papel que tuvo el secretario de Seguridad nacional, al afirmar apenas ocurrido el hecho que se trataba de un "suicidio", hicieron volar por los aires esa hipótesis electoral.
Bossio es el único postulante que no hizo cartelería pero, como responsable de la Ansés, tiene otra proyección mediática y "está construyendo su imagen propia, asistiendo a programas, pero siempre jugando dentro del kirchnerismo", indicaron allegados al funcionario, al tiempo que señalaron que "ya alcanzó un 65 por ciento de conocimiento".
Recorriendo municipios. Mussi, en tanto, lleva recorridos 70 de los 135 municipios y tiene buena sintonía con muchos de sus colegas intendentes y, en especial, con el titular de la Cámara de Diputados nacional, Julián Domínguez, por ahora precandidato presidencial.
En efecto, un sector del PJ bonaerense y de jefes comunales consideran que Domínguez debería candidatearse para la sucesión de Daniel Scioli. Incluso, hay quienes elucubran una fórmula Domínguez-Mussi.
La novedad, tal vez, es que Martín Insaurralde habría desistido de pasarse a las filas del massismo y se dispondría a disputar la interna del FpV para la administración provincial. Sin embargo, el actual intendente de Lomas de Zamora incrementó su imagen negativa a partir de los devaneos acerca de seguir en el kirchnerismo o pasarse al opositor Frente Renovador.
Si bien tanto Bossio, Mussi y Domínguez tienen decidido ocupar el lugar que determine la presidenta Cristina Kirchner, un importante segmento del PJ bonaerense no quiere interna alguna.
"Los compañeros necesitan una definición cuanto antes porque hay que empezar a trabajar en una elección dura. No podemos esperar que la presidenta se levante una mañana y diga quiénes son los candidatos", bramó un dirigente bonaerense.
Miedo a perder territorio. En realidad, el principal temor de gobernadores, intendentes, concejales y legisladores provinciales y nacionales es perder territorio, poder real, en los comicios, más allá del color político del próximo presidente.
Asimismo, algunos hombres del peronismo no ven con buenos ojos que el ministro del Interior, Florencio Randazzo (precandidato presidencial por el FpV), critique con dureza a Scioli.
Resta saber si los tiempos de los dirigentes peronistas coinciden con los de la jefa del Estado, quien siempre supo definir candidatos y listas apenas días antes del cierre de los plazos electorales.