"¿Cómo que no hay ómnibus? Esto es vergonzoso, ¿de nuevo nos dejan a pie?" La voz de Mirta (por pudor o por bronca no dijo su apellido), una mujer de Cañada de Gómez que llegó a la boletería llena de bolsos, sonó desesperada. Había venido a Rosario por la mañana en auto y se disponía a volver a su ciudad con la familia en colectivo. Pero el paro de los choferes de Monticas la dejó varada, al menos por más horas de las esperadas, hasta que otra empresa la llevara a destino.
Fue ayer por la tarde, luego de que al mediodía los choferes de las empresas Monticas y Santafesina resolvieran un paro por tiempo indeterminado hasta que se les abonaran los salarios, que debían estar depositados ayer pero las empresas no hicieron efectivos los pagos.
La medida de fuerza fue adoptada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que reaccionó así ante la falta de pago de los salarios, y rechazó una tregua de 72 horas que pidieron las empresas.
Desprevenidos. Ayer, las ventanillas 34 y 35 de la terminal, donde se venden los pasajes de Monticas, recibía a los viajeros desprevenidos que no se habían enterado del paro y tenían que correr a otras empresas para ver cómo volver a sus pueblos. Pablo Domínguez, jefe de boletería de la empresa, contó a La Capital que la firma pidió 72 horas para pagar la totalidad de los sueldos, ya que "con el paro nacional no se pudo recaudar el dinero. La UTA rechazó esta propuesta, pero ahora la situación empeora, porque si no se venden pasajes, menos se va a poder seguir recaudando". El paro nacional afectó durante cinco días a las líneas de transporte de larga distancia.
El empleado jerárquico aclaró no obstante que muchos de los servicios eran prestados por otras empresas como Arito y Las Rosas. Al mismo tiempo, Transur, Güemes y Los Ranqueles iban recibiendo a los pasajeros que buscaban sus tickets.
Max Baltzer, de 21 años, y Camila González, de 18, son de Las Rosas. El trabaja, ella estudia psicología, y ayer quería volver a su ciudad. Fueron dos de los tantos que llegaron a ventanilla para enterarse de que la empresa no los iba a llevar. Finalmente, pudieron sacar boletos en Transur.
"Sí, es cierto que se pueden tomar otros servicios, pero no tienen ni por asomo la misma frecuencia que Monticas. Para ir a Las Parejas por Transur tenías un pasaje a las 17.30, y el que le sigue recién sale a las 20. En ese lapso, salen varios Monticas. Y a Cañada de Gómez se puede ir por la Güemes, pero es directo, a los que van por las paradas intermedias no les sirve", explicó a este diario un chofer que, lógicamente, se escudó en el anonimato. Fue camino a los galpones de la empresa, donde un grupo de conductores y delegados se había parapetado.
El conductor tiene casi 20 años de antigüedad y aseguró que "últimamente hay un manoseo muy grande. La empresa hace lo que quiere, si un servicio no le conviene lo levanta y punto, los pasajeros están a la deriva. Acá es todo de Flecha Bus, si quisieran arreglar este conflicto tranquilamente lo arreglan en una hora. No me digan que es porque no recaudaron, porque el transporte interurbano funcionó durante el paro nacional".
"De arrastre". En los galpones de Travesía y Génova, el grupo de choferes esperaba novedades, aunque el delegado Omar Fernández aseguró que "hasta mañana (por hoy) esto no va a cambiar". Fernández dijo que el problema con la empresa "viene de arrastre. Están especulando con los subsidios, dicen que no les dan los costos y empiezan a incumplir con los sueldos. Esto se va a solucionar cuando la empresa hable al gremio y le diga que va a pagar; entonces, iremos al Ministerio de Trabajo y firmaremos un acta. Mientras eso no pase, este paro sigue".
Durante todo el día, en la ventanilla de informes de la terminal los llamados y las consultas fueron permanentes. "Fue terrible, todo el día, no sólo aquí, sino por teléfono. Los que vienen tienen más tolerancia, pero telefónicamente muestran un gran enojo", contó una empleada.
Así, los pasajeros de Monticas y Santafesina quedaron varados o a la espera de que otras empresas los llevaran, merced a una medida de fuerza que al cierre de esta edición no tenía visos de solucionarse.