El Papa Francisco hizo un llamado para que se tomen medidas urgentes para acabar con tres años de guerra civil en Siria a su llegada a Jordania, donde ayer comenzó una visita a Oriente Medio que busca llevar esperanza a una región donde la población cristiana está menguando.
Dirigiéndose al rey Abdullah de Jordania, en su primera visita a lo que los cristianos consideran como Tierra Santa, Francisco alabó al reino apoyado por occidente por sus esfuerzos por "buscar una paz duradera para toda la región".
"Este gran objetivo requiere que se encuentre una solución pacífica a la crisis de Siria, como también al conflicto entre Israel y Palestina", dijo.
Más de 160.000 personas han muerto por el conflicto en Siria y millones han sido desplazadas a países vecinos, incluyendo Jordania. Los refugiados son de todos los credos, pero los cristianos se sienten amenazados por los musulmanes suníes que encabezan la insurgencia militar contra el presidente Bashar al-Assad.
Tras reunirse con el rey Abdullah, Francisco celebró una misa en un estadio de Amán y luego tenía previsto reunirse con refugiados sirios e iraquíes en Betania al este del río Jordán, donde según la tradición católica Jesús fue bautizado.
Los conflictos en la región, incluyendo las revueltas árabes de los últimos años y la guerra civil en Siria, han acelerado la disminución histórica de las comunidades cristianas.
Si bien los creyentes locales esperan que la visita de Francisco atraiga la atención sobre su situación, dudan también que pueda ayudar mucho a sólo semanas de que colapsaron las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. En Israel y la ocupada Cisjordania, cada vez más palestinos cristianos tratan de abandonar la región, culpando al estado judío de marchitar sus perspectivas económicas y menoscabar la libertad de circulación.
Israel niega que discrimine a los ciudadanos árabes y argumenta razones de seguridad para limitar los desplazamientos de los palestinos en Cisjordania.
El Papa Francisco aprovechará también la visita para hacer un llamado para que todas las religiones trabajen juntas por la paz.
"La libertad religiosa es un derecho humano fundamental y no puedo dejar de expresar mi esperanza de que se mantenga en Oriente Medio y en todo el mundo", dijo.
Al aire libre. En el estadio en Jordania donde se celebró la misa, una multitud entusiasta de unas 20.000 personas soportó el calor para escuchar al Papa.
Pero junto a la celebración, algunos expresaron temor por su futuro en una región donde el cristianismo tiene raíces.
Thamer Boulus, un profesor iraquí de 45 años, dijo que dejó la ciudad iraquí de Mosul con su familia porque recibió amenazas de muerte por su condición de cristiano. "Quiero emigrar a cualquier lugar que sea seguro para mí y para mi familia. El extremismo religioso está amenazando a los cristianos", dijo.
Antes de la visita, el Vaticano había dicho que Francisco quería desplazarse en un auto normal y que evitaría los vehículos blindados. El Papa se trasladó desde el aeropuerto en un modesto automóvil blanco y llegó al estadio en un vehículo descubierto.