Un diario nacional tituló el jueves 28 de setiembre de 2006: "Humillaba a un agente por ser morocho y estar casado con una mujer judía. Relevaron en Santa Fe a un comisario por sus ideas nazis". Ese comisario es Juan Garro, quien fuera jefe del Grupo de Operaciones Especiales (GOE). Como consecuencia de esta información, la Asociación Cultural Israelita Peretz expresa su profunda preocupación ante la designación de este funcionario al frente de la Unidad Regional I (URI) de la Policía de Santa Fe. "Nuestro interés es que funcionarios que cumplen tareas tan delicadas y que tienen que ver con la seguridad colectiva sean intachables desde todo punto de vista", dijo ayer el titular de la entidad, Daniel Silber.
Hasta ahora nadie del gobierno provincial ha hablado al respecto. De hecho, las autoridades políticas de Seguridad no respondieron ni tampoco lo hizo el jefe de la fuerza, Omar Odriozola.
Una alta fuente policial que habló ayer con LaCapital y pidió reserva de su nombre insistió en que Garro no fue enjuiciado y subrayó que "en 2013 fue subjefe de la URVII, (departamento Garay) y en 2014 fue jefe de la URXIII (San Cristóbal)".
El malestar de la comunidad judía capitalina es solo una parte de las reacciones que generó el miércoles, último día de 2014, la designación de Juan Pablo Garro y Adrián Rodríguez como nuevos jefe y subjefe Unidad Regional I de la Policía santafesina. Ambos cubrieron de urgencia las vacantes producidas por la licencia obligada de sus antecesores en medio de un escándalo al verse involucrados en la investigación de la Justicia federal por el caso de la aparición de un camión con más de una tonelada y media de marihuana.
Pero, y aunque los nombramientos de se presentaron como transitorios en el mismo acto de asunción —al que no concurrió, pese a la costumbre, ninguna autoridad política de primer o segundo nivel, ni el jefe o subjefe de la fuerza— de inmediato sobrevino la polémica cuando sectores políticos de la oposición recordaron un antecedente de Garro por el cual ganó espacios en los medios de prensa nacionales, tuvo un sumario y una causa judicial por discriminación.
A estas últimas las confirmó el actual titular de Asuntos Internos de la policía, Julián Aranda, quien no obstante subrayó que dado que la causa fue archivada antes de llegar a juicio, otro tanto ocurrió con el sumario administrativo, y Garro continuó en el destino que le habían otorgado tras su desplazamiento.
En setiembre de 2006, el entonces jefe de la policía Juan Hek dispuso el desplazamiento de Garro de la titularidad del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) para que sea investigado por la denuncia que ante Asuntos Internos hizo un subalterno suyo, quien lo acusó de actuar de modo arbitrario y discriminatorio.
En ese momento, gobernaba el justicialista Jorge Obeid y referentes de esa gestión recordaron el incidente apenas trascendió en las últimas horas del día 30 de diciembre que la administración de Antonio Bonfatti había elegido a Garro para hacerse cargo de la URI.
El descabezamiento de la primer regional policial se debió a que el juez federal Reynaldo Rodríguez dispuso la semana pasada el procesamiento de tres policías por complicidad con el tráfico de 1.682 kilos de marihuana en un camión que fue hallado en Arroyo Leyes. Los involucrados son los jefes policiales Sergio Vergara y Sergio Fernández. El secretario de Seguridad, Gerardo Chaumont, decidió licenciarlos "a la espera de que se vea que resolución toma la causa judicial".
"A la fecha no tenemos relevado a nadie, hay gente que está con uso de licencia", dijo días atrás el secretario quien tampoco asistió el martes a la asunción de Garro y Rodríguez en reemplazo de Vergara y Fernández. La jefatura de la URI, fue conducida interinamente desde el lunes 22 de diciembre por el jefe de Departamento Informaciones, Rubén Cabral, quien el 31 de diciembre a las 8.30 retornó a su antiguo puesto.
Desde el justicialismo raudamente desempolvaron los artículos de diarios de 2006 —sobre todo los de tirada nacional— e inundaron las redes sociales y las redacciones santafesinas. Según esas informaciones, el denunciante, subalterno de Garro en la GOE, había dicho ante Asuntos Internos que era humillado con frases como "negro de mierda", "los negros son fusibles", o "si Hitler hubiese estado acá tu familia no hubiese estado hoy", en alusión al color de su piel y porque está casado con una mujer de origen judío. También habían encontrado en su despacho un cuadro con un águila, una persona uniformada con rostro de calavera y una cruz esvástica.