Al modelo le falta gas”. Así de clara fue la definición que dio el economista de la escuela de negocios IAE, Eduardo Fracchia, sobre la coyuntura de la economía argentina al considerar que los fundamentos de la política encarada por el kirchnerismo en 2003 se fueron deteriorando en los últimos años, especialmente los superávits gemelos que tanto obsesionaban al ex presidente Néstor Kirchner.
Fracchia, quien pasó por Rosario en el marco de un encuentro en la Universidad Austral —casa de estudios con la cual el IAE está vinculada en el aspecto académico— se diferenció del escepticismo de muchos economistas del establishment que pronostican un escenario apocalíptico para el final de mandato de Cristina Fernández y aclaró que, a su criterio, “el gobierno va a tirar sin recesión y va a llegar al final de su mandato sin chocar el barco”.
Según sus estimaciones, el país tendrá un crecimiento de entre el 2 y 3% este año, aunque no se mostró tan optimista como otros que indican una evolución de la economía por encima del 4%.
Para el economista del IAE, los primeros signos de un deterioro del modelo puro que fundó Kirchner comenzaron con la gestión de Cristina Fernández, y hoy se expresan más claramente en el deterioro de la competitividad en muchos sectores, fundamentalmente “por el retraso cambiario que lo sufren especialmente las economías regionales”.
Sin embargo, se mostró escéptico sobre la posibilidad de que el gobierno eche mano de una devaluación para corregir estas asimetrías. “El gobierno no quiere devaluar por el costo político que puede representar, aunque este año la depreciación del peso será del orden del 20%”, indicó.
el efecto Cedin. En este aspecto opinó que los Cedin —instrumentos del blaqueo de capitales— oficiará como un “desdoblamiento del mercado cambiario, algo típico en la Argentina, cosas que funcionan bien un tiempo pero que luego empiezan a mostrar distorsiones porque un producto tiene dos precios”.
“Creo que el gobierno de Cristina va a finalizar con un mercado de cambio desdoblado o con cepo, no vamos a volver a tener un mercado libre”, indicó Fracchia.
La foto que el economista de IAE saca del presente muestra a una Argentina con un año similar a 2012 donde el gobierno debió echar mano al Banco Central y a la emisión monetaria y donde el nivel de cuenta corriente se irá deteriorando.
En tanto, “la balanza comercial también muestra señales de deterioro”, dijo y señaló que en 2012 dio positiva para el agro en 45 mil millones de dólares, negativa en 30 mil millones para la industria no vinculada a los recursos naturales y apenas 8.000 millones positiva la balanza energética.
Sobre este último aspecto hizo especial hincapié al señalar que por efecto del congelamiento de tarifas se fue desequilibrando en los últimos años. “La balanza energética presenta serios límites, nos descapitalizamos y así como nos comimos en su momento las vacas ahora no tenemos energía”, dijo.
También explicó que el nivel de exportaciones “fue reduciéndose del 25% al 18% sobre el PBI, el consumo está flojo y el desempleo muestra indicadores parecidos a los del año pasado”.
Según Fracchia, todo esto ocurre en un contexto mundial en movimiento constante. “El mundo tracciona bien, con una Europa que está frágil, Estados Unidos que empuja y América latina que está sólida”, dijo, aunque reiteró que en Argentina “se deterioró la película”.
Llo que mete ruido. Para el economista, otras cuestiones también meten ruido como “las cifras poco creíbles de pobreza, las dudas en torno a las reservas del BCRA y los problemas de los indicadores estadísticos”.
Aún así rescató el aporte del kirchnerismo a la nueva identidad de la Argentina, que logró romper con ciclos de crisis sucesivas. “La época K fue buena porque no tuvimos una gran recesión, son diez años sin crisis y eso es muy interesante”, planteó Fracchia.
A su vez, también destacó el aporte del gobierno en la distribución del ingreso, aunque aclaró que “hoy está más desigual que en los últimos años”.
Según Fracchia, la relación entre el grupo de mayores ingresos y de menores ingresos es de 1-30 en el país, cuando en Brasil ésta brecha es de 1-70.
Otro de los vecinos latinoamericanos como Chile “también logró bajar mucho la pobreza, pero no mejoró la distribución del ingreso, es una sociedad más segmentada”, indicó.
Para el economista esto tiene un nudo en los años 90. “El conflicto distributivo de esa década se provocó por la apertura de la economía, eso generó más desigualdad”, dijo.
Escenario internacional. El frente externo, para Fracchia, tiene múltiples facetas pero en el escenario actual los países de América latina siguen estando beneficiados. “El mundo salió de una recesión y en los últimos dos meses es probable que termine con mayor liquidez y un alza de la tasa de interés”, dijo, aunque aclaró que esta fluidez de divisas no pudo ser aprovechada por la Argentina que aún no logra financiarse en el exterior.