El rock vive. Y si a la música se le agregan tragos y buenas comidas parece transformarse en una fórmula que tiene muchas posibilidades de que sea un éxito a la hora de abrir un restobar. O al menos así lo considera un grupo de inversores locales que mañana le presentarán a la intendenta Mónica Fein el proyecto para abrir en Rosario el primer local de la cadena estadounidense Hard & Rock Café en el interior del país.
El desembarco de la emblemática franquicia, que nació en 1971 en Londres, se sumará a una oferta de gastronomía temática de estética rockera en expansión. Se prevé también la pronta apertura del segundo local de Rock & Feller’s en el shopping Alto Rosario, donde estuvo el restaurante Junín. También Jhonny B. Good podría sorprender si finalmente su búsqueda para una segunda locación en la ciudad llega a buen puerto, como reconoció ayer el directivo de la firma, Franco Ridolfo.
El Hard & Rock Café llegaría a Rosario de la mano de una sociedad mixta entre inversores locales y Hope Funds —una compañía de inversiones que tiene a su cargo la mítica marca en el país—, a la esquina de Oroño y Rivadavia, donde funcionó hasta 2009 la parrilla Cuernavaca. Desde su cierre esa esquina fue objeto de deseo de desarrolladores inmobiliarios.
Además del acuerdo entre privados, el proyecto debe pasar por el proceso de habilitaciones necesarias para una iniciativa de esta envergadura. Las fuentes consultadas señalaron que podría estar todo listo para poner el bar en marcha a fines de 2014 o comienzos de 2015.
Desde el sector gastronómico reconocen que están sintiendo los efectos del ajuste que sufren los consumidores. En este sentido, en la edición del último domingo La Capital dio cuenta de este impacto en base a cifras de la Secretaría de la Producción municipal. La facturación de los restaurantes y bares en 2013 creció 15% respecto a 2012, 5 puntos por debajo que el promedio del sector (20% anual).
Los números surgidos del análisis de la recaudación del Derecho de Registro e Inspección (Drei) exponen un desplazamiento del consumo. Las ventas de comida rápida subieron un 31%, 10 puntos por sobre el promedio, que en su conjunto facturó $1.258 millones en 2013.
Los rumores sobre un desembarco de Hard & Rock en Rosario ya habían sonado fuerte en julio del año pasado. Una publicación de Perfil informaba que Leo Messi estaba interesado en traer el Hard & Rock a la ciudad. Era al mismo tiempo que circulaba la posibilidad de que el jugador del Barcelona y de la Selección también tenía bajo análisis abrir un restobar temático, pero haciendo eje en su figura.
Messi tiene, o al menos tuvo, contacto con los gerenciadores de Hard & Rock en Argentina, ya que Hope Funds, dentro los negocios que manejó, organizó los partidos de exhibición que el astro realizó el año pasado en una gira que incluyó Perú, y de donde se retiró furioso por el trato que sufrieron sus hermanos.
Hope tiene desarrollos inmobiliarios, agropecuarios e iniciativas relacionadas con el entretenimiento, incluso una oficina en Rosario.
Hard & Rock desembarcó en la Argentina en 1995. Desde entonces circularon rumores y trascendidos sobre su arribo al interior del país.
Sin embargo, el proyecto avanzó por iniciativa de inversores locales que comenzaron a sondear directamente con la corporación Hard & Rock la posibilidad de traer el restobar a la ciudad.
El desarrollo en el interior del país de este tipo de cadenas fue encarado por la cordobesa Rock & Feller’s. En Rosario fue el primero en este segmento: abrió sus puertas en 1999, en medio de una polémica por su ubicación en la actual sede del Museo de la Memoria, que terminó con su traslado a Oroño y Jujuy en 2010.
En ese entonces, el desarrollo del polo gastronómico de Pichincha entraba en su fase de apogeo.
En agosto de 2012, un ex socio de Rock & Feller’s, apoyado en la misma fórmula estética de música, coctelería y comida, se sumó con la apertura de Jhonny B. Good en la esquina de Oroño y Güemes, después del cierre del bar Farina Rolls.
Cuatro meses después y en la vereda de enfrente abrió Beatles Memo, un emprendimiento de dos fanáticos coleccionistas del grupo británico. Y a fines de 2013 inauguró con la misma fórmula Rolling Road, en Alvear y Rivadavia, manejado por el grupo La Estancia, donde había funcionado la parrilla Hereford Grills.
El desembarco de Hard & Rock coincide con una expansión del sistema de franquicias en el país, al punto que la facturación de este segmento de negocios ya representa el 2,5% del producto bruto interno (PBI), según un estudio difundido por la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias.