"Un homicidio de estas características, cometido en el centro de Rosario y a cara descubierta, habla claramente de un mensaje mafioso. Dirigido a quién, no sé. Pero me parece que no es un hecho menor". Así se expresó ayer el juez de Instrucción Javier Beltramone cuando recibió a la prensa para hablar de la investigación sobre el asesinato de Maximiliano Quemadito Rodríguez, ocurrido el martes a la tarde en avenida Pellegrini y Corrientes. Y dejó claro su diagnóstico: "No es para alarmarse, pero sí para estar atentos. Hay que trabajar mucho y por eso, en la resolución que he dictado, invité al juez federal de turno a avanzar conjuntamente contra un flagelo que excede cualquier cuestión personal, que no arrancó ayer y que nos atañe como sociedad argentina en conjunto".
Cinco días después del asesinato a sangre fría de Quemadito Rodríguez se conoce mucho más sobre el contexto del hecho que sobre los autores de la ejecución. Esos dos ejes tienen un denominador común: la impunidad. Y el telón de fondo es, otra vez, el mundo del negocio de la droga. Ayer fue otro día movido para los actores judiciales que intervienen en el caso. El juez Beltramone y la fiscal Nora Marull se reunieron en los Tribunales provinciales con el fiscal federal Juan Patricio Murray, a quien los funcionarios santafesinos le brindaron "información medular y clave de un trabajo extraordinario que realizó el doctor Juan Andrés Donnola", dijo Beltramone en relación al expediente que investigó el triple crimen de la villa Moreno, hecho por el cual está detenido y procesado como principal implicado Sergio El quemado Rodríguez, padre de Quemadito. "Por eso se pidió esa documentación, que es reservada, y se la puso a disposición de la Justicia Federal, ya que el ahora fallecido estaba implicado en cuestiones vinculadas al narcotráfico", agregó el magistrado.
En tanto, tal cual adelantó ayer este diario, Sofía L., la novia de Quemadito, continúa detenida en la alcaidía de mujeres. "Se le recibió declaración indagatoria por encubrimiento agravado, por la tenencia de un arma de fuego de uso civil (un revólver calibre 22 encontrado en su departamento) y como participe de una asociación ilícita", explicó Beltramone.
Dos más dos. Fuentes allegadas a la pesquisa comentaron que el allanamiento realizado en el departamento que habitaban Sofía y Quemadito, en inmediaciones de Pellegrini y Corrientes, dejó mucha tela para cortar e investigar. La vivienda estaba tal cual la dejó la pareja antes de que Rodríguez fuera asesinado. Tras el crimen la chica fue llevada a declarar a la comisaría 5ª y a los pocos minutos de salir de la seccional fue apresada por orden de Beltramone.
Es decir que nadie pudo modificar la vivienda en la que los investigadores encontraron un revólver calibre 22 con cinco cartuchos en su tambor y documentos (cuadernos y agendas) en los que Rodríguez asentaba los movimientos económicos de la comercialización de estupefacientes. Droga no había, pero "la documentación secuestrada es abrumadora, hay para hacer dulce", explicó un vocero.
¿A partir de esa documentación se puede saber si Quemadito era administrador de una organización que vendía drogas?, le preguntaron ayer a Beltramone. "No lo sé", respondió el juez, y agregó: "Era una persona que tenía antecedentes penales por delitos vinculados a las drogas. Y la verdad es que el uso y el sentido común nos indica que quien no tiene trabajo y no lo tuvo nunca pero está viviendo en un departamento con un alquiler mensual de 7.000 pesos, y a un mes de salir de prisión se maneja en un vehículo que si bien no es de alta gama es caro; y además tiene documentación que demuestra un seguimiento y movimiento que hace al tráfico y comercialización de estupefacientes, tengo que pensar que evidentemente dos más dos es cuatro", argumentó el juez.
"La documentación, a criterio de este tribunal, determina claramente que se estaba comercializando estupefaciente", agregó Beltramone. Y dijo que "se secuestró dinero en efectivo en billetes de muy baja denominación (5 y 10 pesos) que son, por los años que uno lleva en esto, concordantes con los que se utilizan para comprar drogas. Por todo eso se impuso a la Justicia Federal para que declare la competencia sobre este tema puntual y lo investigue".
Sin pistas. En cuanto al homicidio de Quemadito, "hasta el momento no hay pistas firmes", dijo el magistrado. "Se está trabajando sobre elementos que podrían llevar a sindicar algún tipo de autoría pero el caso está caratulado como homicidio con autores NN", explicó el juez.
Y contó que "hay medidas pendientes que están bajo secreto de sumario". En ese sentido, ayer trascendió que el banco en cuya vereda se llevó a cabo la ejecución de Quemadito no tiene cámaras de vigilancia en su exterior y las de los cajeros automático graban de manera contínua hasta las 18, cuando empiezan a funcionar mediante sensores: es decir, cada vez que ingresa un cliente y retira dinero. Por eso, uno de los elementos que los pesquisas pensaban tener para llegar al autor material del crimen, no podrá ser.