En menos de dos semanas, el gobierno nacional le envió otro salvavidas al
transporte urbano local. La Secretaría de Transporte de la Nación giró un millón de pesos en
subsidios en el marco de los fondos Sistau (que se recaudan por una alícuota al gasoil) lo que
permite pagar el 80% del costo laboral a los choferes. Así, el nuevo estudio técnico del boleto se
redujo notablemente y se equiparó al boleto ocasional: arroja un valor de 2,038 pesos, sólo diez
centavos por encima del boleto biviaje de 1,90 peso.
Tras meses de reuniones, reclamos, foros de intendentes del
interior y convocatorias a gabinetes de técnicos en la materia, la Nación se dispuso a achicar la
brecha entre el enorme caudal de fondos que envía a los colectivos del Area Metropolitana de Buenos
Aires (Amba) y los del interior del país.
La llegada de fondos frescos calmó los ánimos de las
autoridades del Palacio de los Leones, que ahora prefieren no hablar de "crisis" del transporte.
"No hay crisis", indicó una calificada fuente del Ente del Transporte de Rosario (ETR). A
principios de mes, este organismo había publicado su último costo tarifario neto: 2,128 pesos.
Esta ponderación incluía las últimas asignaciones
realizadas por la Secretaría de Transporte de la Nación, destinadas a cubrir los mayores costos
generados por los incrementos salariales del sector: incorporación de 255 pesos al sueldo
(remunerativos a partir del mes de marzo) y 700 pesos (en conceptos no remunerativos, retroactivos
a enero) a pagarse en tres cuotas de 466 por colectivero. Asimismo, el acuerdo contempla
contribuciones destinadas a la obra social de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) por un monto
asciende estimado en 135 pesos por empleado.
No alcanzaba.
"Sirve pero no alcanza", decían dos
semanas atrás en Servicios Públicos respecto del dinero que había enviado la Nación. Pero ahora, en
la sonrisa de algunos rostros en esa misma secretaría evidencia que "la cosa va queriendo".
La nueva asignación permite costear
el 80% de los montos de retribuciones del personal nucleado en la UTA. El 20% restante abarca los
adicionales por antigüedad efectiva que se abonan a los empleados (2% por año para un promedio de
12 años de antigüedad del sistema) y de las contribuciones destinadas a la obra social.
El pasado 6 de mayo, el Ministerio de Planificación Federal giró a
través del Sistau 1.556.000 pesos al sistema de colectivos rosarino. Pero ese monto no alcanzó a
cubrir los 3.111.000 pesos que demanda el costo laboral mensual de los 1.998 choferes. Es decir que
aquellas partidas apenas alcanzaban a cubrir el 50% del total de remuneraciones a pagar.
Otro cálculo.
¿Cómo impacta esta inyección de capitales en las finanzas del
transporte rosarino? El propio ETR ya calculó un nuevo costo neto por pasajero que quedó
establecido en 2,038 pesos. Es decir que casi se equipara al boleto ocasional de dos pesos, que se
paga con monedas, y se ubica diez centavos por arriba del 1,90 peso de la tarjeta magnética
biviaje.
Todavía inequitativo.
Si se comparan los subsidios por cada
kilómetro recorrido, cada coche metropolitano recibe 2,88 pesos contra 1,29 peso de las unidades
santafesinas.
Y si se toma la comparación por
pasajeros, los porteños que viajan en colectivo reciben un subsidio mensual de 18.451 pesos por
cada ómnibus, contra 9.106 de los santafesinos.
En números globales, los últimos
registros hablan de un fondo de más de 180 millones de pesos mensuales para el Amba, y 12 millones
para toda la provincia de Santa Fe, que además no recibe aportes por los recorridos de más de 60
kilómetros.
Amén de esta situación, los números que maneja la Secretaría de
Transporte santafesina aún reflejan la inequidad de los recursos distribuidos entre los ómnibus
porteños y los del resto del país.
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