La ciudad de Bariloche vivió una jornada de convulsión con saqueos y disturbios que obligaron a la Casa Rosada a enviar 400 efectivos de Gendarmería para garantizar la seguridad, en coincidencia con un nuevo aniversario del estallido social de 2001. Militantes de agrupaciones sociales irrumpieron en al menos cuatro supermercados y un frigorífico barilochense, en medio de enfrentamientos con la policía local, que se vio desbordada por la escena.
A raíz de los incidentes, al cierre de esta edición se registraban 20 heridos: se trata de 5 efectivos y 15 adolescentes, uno de ellos que permanece internado en el Hospital Zonal con traumatismo de cráneo. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, expresó el repudio de la Casa Rosada a "cualquier tipo de manifestación violenta que venga a frenar el proceso de paz social" del país y comunicó que la presidenta Cristina Kirchner decidió el envío de las fuerzas federales para colaborar con la "contención", ya que las policías provinciales son las encargadas de la seguridad en cada distrito.
El encargado de dirigir el operativo es el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien partió rumbo a la Río Negro junto unos 400 efectivos de Gendarmería. "Estos hechos de pequeños grupos marginales y violentos nos hablan de cuestiones muy particulares que no casualmente ocurren en fechas como esta 19 y 20 de diciembre", enfatizó el jefe de ministros. El gobernador Alberto Weretilnek coincidió con Abal Medina en que no se trató de un episodio espontáneo y consideró que fue una "acción organizada, planificada con la finalidad de generar una situación de convulsión en Bariloche".
El mandatario rionegrino también viajó a la ciudad turística junto al secretario de Seguridad provincial, Miguel Bermejo y el jefe de la Policía, Ariel Gallinger. En tanto, el intendente de San Carlos de Bariloche, Omar Goye, quien se encontraba en Buenos Aires cuando comenzó la seguidilla de saqueos, se reunió con Abal Medina para analizar la situación, previo a la decisión de enviar gendarmes. Para él, la situación no fue sorpresiva: la semana pasada se había reunido con supermercadistas de la ciudad para negociar la entrega de bolsas navideñas para los miembros de distintas agrupaciones locales, que reclamaban una ayuda para fin de año.
Los manifestantes, que provenían de barrios humildes que forman la periferia del Bariloche turístico, se enfrentaron con la policía local con piedras, palazos y golpes, y se llevaron alimentos, ropa, electrodomésticos y todo tipo de objetos de los supermercados, a los que ingresaron en su mayoría con las caras cubiertas. La tensión comenzó después de las 9 en un Chango Más ubicado sobre la Ruta 40 Sur, pero con el correr de las horas y la incapacidad de la fuerza local para contener al cada vez mayor número de manifestantes, los incidentes se extendieron a toda la periferia de la ciudad. Los saqueos siguieron así en numerosos negocios: unas 200 personas entraron al mayorista Diarco que se encuentra sobre la ruta 40 y robaron mercadería, mientras que las sucursales del supermercado Todo de Onelli y La Paz y Diagonal Gutiérrez, también fueron asaltadas por centenares de personas, en tanto que otras rodearon el súper La Anónima, el más grande de Bariloche, pero la policía frustró el ingreso.
En el Chango Más del barrio Nuestras Malvinas la gente derribó los alambrados y ventanas e ingresó por la fuerza, aunque entre los destrozos también se registraron varios autos que estaban estacionados en las inmediaciones, algunos de ellos incendiados. La policía local intentó disuadir a los manifestantes con postas de goma y gases lacrimógenos, aunque se vieron superados por los vecinos, lo que motivó que el gobernador enviara a la zona unos 150 policías de ciudades cercanas para controlar la situación.
La presidenta, que poco después del mediodía partió a El Calafate para recibir la Navidad, decidió enviar a los gendarmes pese a que meses atrás había anunciado que dejaría de mandar a las fuerzas federales a las provincias, luego de que en murieran en un accidente efectivos que habían sido destinados a Cerro Dragón, en Chubut, en medio de un conflicto con petroleros.
Los saqueos no fueron sorpresivos para los habitantes de Bariloche, ni para su intendente, que seis días atrás había pedido ayuda a los supermercados para evitar "reclamos violentos. Hay que caminar por algunos barrios para constatar la angustia de familias en situación de riesgo", había afirmado Goye en declaraciones a la prensa, tras una audiencia pública realizada el viernes pasado.
El intendente de la ciudad rionegrina (de origen frepasista) les había reclamado a los supermercados la entrega de bolsas con alimentos, destinadas a personas o familias en situación de riesgo: el año pasado había implementado una "bolsa navideña" a 12 pesos, con productos del Mercado Central.