Funcionarios de finanzas de las mayores economías del mundo que integran el G-20 le pidieron a Estados Unidos que evite una potencialmente devastadora cesación de pagos y prometieron proceder con cautela cuando llegue el momento de normalizar la política monetaria.
Un comunicado emitido al finalizar una reunión de ministros de Finanzas y banqueros centrales realizada ayer asegura que Estados Unidos “necesita tomar una acción urgente para abordar las incertidumbres fiscales de corto plazo”.
El gobierno federal estadounidense ha estado parcialmente cerrado desde el 1º de octubre en medio de un estancamiento presupuestario entre los republicanos en el Congreso y la Casa Blanca. Los republicanos también han rehusado elevar el límite de endeudamiento del país de 16,7 billones de dólares.
Funcionarios a nivel mundial han advertido que si el Congreso no logra elevar el techo de la deuda se podrían generar estragos en la economía mundial.
Anton Siluanov, ministro de Hacienda de Rusia —país que preside el G-20 este año—, dijo que la referencia en el comunicado del grupo expresa el “deseo general de una solución rápida al problema”.
Resolver el punto muerto es crucial para una economía mundial que está mostrando señales de mejoría, pero aún enfrenta “riesgos a la baja”, dijo el G-20.
La perspectiva de que la Reserva Federal estadounidense reduzca sus estímulos para finales de año asustó a los mercados mundiales este año y llevó a que algunos países en desarrollo cayeran en una turbulencia a medida que la fuerte liquidez que inundó sus mercados comienza a drenarse.
El G-20 prometió “asegurar que los futuros cambios en las políticas continuará siendo cuidadosamente calibrado y claramente comunicado”, agregando que los fuertes cambios en los flujos de inversión se mantienen como “un importante desafío”.