El oficialismo en el Congreso se prepara para aprobar la reforma judicial. "Estamos tranquilos con los votos", aseguran desde el Frente para la Victoria. La oposición radical y del FAP quemó las naves la semana anterior en el Senado: no se presentó a discutir los dictámenes en las comisiones. Ante la evidencia de los números adversos en el recinto, en la semana que empieza, el arco anti K buscará construir un clima político "contra reformista" en la calle, y en los medios de comunicación opositores. En ese sentido se anuncia una movilización para el próximo martes frente a los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires. Y luego, otra donde convivirán opositores orgánicos y caceroleros para el jueves, el 18 A.
Las reformas se plasman en seis proyectos de ley, con amplios y diversos alcances. Tal vez el más disruptivo es el que incorpora consejeros electos con el voto popular al Consejo de la Magistratura. Un organismo cuya función principal —aunque no la única— es presentarle a la Casa Rosada ternas con jueces que luego serán nombrados. Y también remover magistrados que no hayan cumplido con sus deberes como la ley manda.
El argumento principal opositor se ciñe a que "el kirchnerismo quiere copar el Poder Judicial". Aprobada la reforma, 12 de 19 miembros del Consejo de la Magistratura surgirán por voto popular. De los 12 cargos, ocho los obtendrá la primera minoría (el partido o alianza que gana las elecciones) y los restantes cuatro cargos el partido que salga segundo.
Lo que no explica la oposición es por qué da por hecho que el kirchnerismo ganará las elecciones, y se quedará con ocho de los 12 miembros electos del nuevo Consejo.
Otro argumento contrario al voto popular refiere a que el Poder Judicial debe ofrecer un "equilibrio" a los demás poderes. Y no debe constituirse con los mismos criterios de mayorías que el parlamento y que el Ejecutivo. Desde el oficialismo responden: la realidad es que el mentado "equilibrio" en los hechos funciona como una trama conservadora, sensible a las corporaciones y reactiva a los cambios progresistas que impulsa la sociedad. Y además, recuerdan: "No se elegirán jueces por el voto de la gente. Se elegirá parte de un organismo, Consejo de la Magistratura, que propone y destituye, si correspondiera, a jueces federales".
El debate sobre los cambios en la justicia, y en especial en el Consejo de la Magistratura, también se expresa al interior del movimiento de jueces y abogados que apoyan al gobierno en general y a la reforma de la Justicia en particular. Como es el caso del movimiento "Justicia legítima", que tiene como uno de sus referentes principales nada menos que a la procuradora general de la nación, Alejandra Gils Carbó.
Hay quienes alertan sobre la inconveniencia de modificar de manera radical la figura de la "cautelar", o incluso sobre la nuevas mayorías —absolutas, aunque no agravada a dos tercios— que se requerirán en el Consejo de la Magistratura para elevar ternas o suspender jueces. "Ese órgano está parado en la actualidad. Ahora se convertirá en algo más ágil, va a funcionar", dijo una fuente K a LaCapital.
¿Y si el oficialismo pierde las elecciones —este, u otro oficialismo—, no sería complicado tener el Consejo con mayoría opositora?, preguntó este diario. "Se toma riesgo, es cierto, pero nada es peor que no hacer nada, y seguir como hasta ahora, paralizado", contestó la misma fuente.
Siempre siguiendo con el Consejo de la Magistratura, el dictamen del proyecto de ley que modifica su composición, luego de algunos retoques en el Senado, determinó que por única vez se elijan los 12 consejeros con las elecciones nacionales, intermedias, de 2013. En sus dos etapas, las Paso y las definitivas de octubre. Esos consejeros tendrán, por única vez, un mandato limitado por dos años, hasta 2015. Y convivirán con los 13 miembros actuales en función. Totalizando 25 miembros. Excepcionalmente, hasta diciembre de 2015.
Con las presidenciales próximas se volverán a elegir otros 12 consejeros, aunque en esta oportunidad con mandato por cuatro años, hasta 2019. Al concluir en 2015 el mandato de seis de los 13 miembros actuales, entonces será en el nuevo recambio presidencial donde el Consejo de la Magistratura se "regularizará", con sus 19 miembros definitivos.
El kirchnerismo se prepara para votar los dictámenes que firmó en la semana anterior. Y no aceptará modificaciones sustanciales en los proyectos. Salvo algún detalle técnico que termine de pulirse antes de las sesiones.
La oposición, al borde de un ataque de nervios, caracteriza a la reforma judicial como el inicio de un cataclismo que llevaría al desastre a la República. Está por verse si esa caracterización incendiaria consigue, o no, conexión consistente con la sociedad. Y no sólo con los sectores opositores al kirchnerismo, y se expresarán el próximo jueves en los barrios acomodados de las grandes ciudades de la Argentina.
Ni en el recinto, ni en las marchas opositoras se expresarán para el kirchnerismo las mayores complicaciones que tendrá que sortear para aplicar el nuevo sistema en el Poder Judicial. Son muchos los que miran a la Corte Suprema como el escollo más serio a superar.