La recuperación del rol del Estado como “articulador y árbitro” de las actividades portuarias es la meta que se trazó el gobierno nacional y así desandar la política de los años 90, que desregulación mediante, convirtió al sector en un nicho de dominio privado. Así lo definió el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, quien reconoció que puntualmente en el caso del uso de las hidrovías, “la Argentina está soportando los pasivos que dejaron las privatizaciones que nos llevó a que prácticamente desapareciéramos del río”.
Según el funcionario, quien disertó en las 2º jornadas internacionales Puerto Rosario eje del Mercosur, “el 85% de la hidrovía que nosotros dragamos, cuidamos y pagamos, está navegada por barcos paraguayos. Además si vemos que esas 14 millones de toneladas que bajan por la hidrovía van saliendo por puertos uruguayos, indica que la Argentina ha hecho bastante mal las cosas”.
—Ud. mencionaba que la intención política a partir de ahora es poner al Estado en lugar distinto a la que tuvo en los 90 en materia portuaria ¿A través de que medidas concretas?
—Concretamente en un aspecto central que es que sea la autoridad portuaria. Con la desregulación, el decreto 817 le dejó al Estado nacional prácticamente las manos atadas y dejó liberado al accionar individual o a algún sector del puerto, la posibilidad de paralizarlo. Es decir, extrapolar un conflicto a otra zona y de dirimir cuestiones que hacen a la convivencia privada en ámbitos públicos. Entonces planteamos que el Estado federal, eventualmente las autoridades portuarias provinciales, recuperen ese poder de policía y de autoridad portuaria de forma de alinear a todos los actores privados en la búsqueda y consolidación de la actividad.
—¿Se trata de acciones de intervención en caso de que los privados, con sus negocios afecten el interés comunes del país?
— No. Sólo y simplemente en materia de autoridad portuaria. Las facultades que debe tener el poder federal o las provincias de ser el articulador y el árbitro de las actividades portuarias. Por ejemplo, se desregularon los servicios de practicaje o de remolque y se perdió la condición de servicio público obligatorio. Eso hace que el puerto y una economía esté a merced de la decisión unilateral de un sector, respetable pero pequeño. Esas cuestiones tienen que estar recuperadas. La cuestión de la convivencia entre la frontera entre sector público y privado es un tema interesante. Es evidente que fracasaron esas ideologías que pensaban que el Estado tenía que hacerlo todo y también fracasaron aquellos que pensaban que un sistema portuario eficaz funcionaba sólo liberado a las fuerzas del mercado. Creo los dos modelos han dejado claras marcas de que son insuficientes. Acá se trata de lograr un equilibrio armonioso productivo, justo, equitativo, entre los actores tanto públicos como privados.
— ¿Por qué la hidrovía Paraná Paraguay no termina siendo lo activa que demanda una zona como esta. Falta integración entre países o es sólo una cuestión privada?
— En términos de volúmenes este sector manejó casi cerca de 70 millones de toneladas y por la hidrovía, durante este año, habrán pasado 14 millones de toneladas. En cargas totales, la hidrovía fluvial zona norte hasta Paraguay o Uruguay, es decir, lo que son las barcazas. Y a eso se le suma el volumen en cuanto a transporte marítimo que mencioné. Eso da cargas en niveles extraordinarios. Más allá de que todavía tenemos que crecer en volúmenes, que se prevé podrían convertirse en 40 millones de toneladas en poco tiempo.
—Respecto del tema político o normativo tanto Paraguay como Uruguay hablan de coordinar acciones para lograr la integración. ¿Cómo se está en ese aspecto?
—Nosotros estamos ahora soportando los pasivos de esa desregulación que nos llevó a que prácticamente la Argentina desapareciera del río. Diría que el 85% de la hidrovía que nosotros dragamos, cuidamos y pagamos, está navegada por barcos paraguayos. Además, si vemos que esas 14 millones de toneladas que bajan por la hidrovía van saliendo por puertos uruguayos, indica que la Argentina ha hecho bastante mal las cosas. A partir de 2003 tenenos un modelo político que nos permite pensar nuevamente en las capacidades argentinas. El primer paso importante fue el decreto 1.010 para empezar a transitar la recuperación de la bandera y ahora viene una reformulación normativa que estamos completando, acerca del fomento de la industria naval y la marina mercante de bandera nacional, la reformulación de la normativa portuaria que nos permita recuperar la autoridad portuaria, la reformulación de los canales, el replanteo de las relaciones con Paraguay y Uruguay. Sobre esto creo que Paraguay está en una etapa interesante a nivel político, porque a mi criterio era una alucinación lo que antes se pensaba desde ese país sobre que podía independizarse de la Argentina y hacer un acuerdo con Uruguay y transferir toda la carga de la hidrovía a través de bandera paraguaya y puertos uruguayos. Me parece que se llegó a reflexionar que eso no es sostenible en el tiempo. Con Uruguay venimos ya transitando una construcción interesante en el canal Martín García y reformulando la idea de que tampoco la Argentina puede convertirse en el «perro del Hortelano» y no hacer nada hacia adentro pero tampoco dejar que los uruguayos hagan. Creo que hay que cambiar de posición, liberar, que los uruguayos pongan en marcha sus capacidades y Argentina volcar valor agregado logístico a la carga que tiene origen y se genera en el país.
—¿Hay posibilidades de profundizar el dragado en la parte inferior del Paraná desde Rosario al mar?
—Nosotros heredamos una concesión de dragado que puede tener varios puntos para analizar, pero está funcionando bien aunque está solamente dirigida a la red troncal. Entre otras cosas que se olvidaron en esa normativa era qué pasaba entre la red troncal y los puertos. Y en esa descentralización dejaron a las provincias y a los municipos prácticamente a cargo de puertos pero sin las condiciones económicas para hacer el mantenimiento para sus accesos. Con lo cual qué sentido tiene una gran vía de dragado a 34 pies si después no podemos tener acceso a los puertos o presupuesto para eso. Ese es un tema a restañar. Nosotros ahí también estamos planteando la recuperación de la capacidad argentina de dragado que se perdió totalmente. Estamos formulando la necesidad de que la Argentina recupere una empresa nacional con participacion mixta para poder llenar esos agujeros.
—¿No se piensa en una renegociación?
— No. No hay que renegociar nada. El contrato está en curso, está en claro, el Estado y el concesionario tienen responsabilidades, lo que planteamos ahora es justamente hacer del Estado un tutor y custodio del cumplimento de ese contrato y está plantado acerca de la profundización. Estamos pidiendo que se inicie la tarea que fue aprobada para llevar la hidrovía a 36 pies y a la vez generar alguna capacidad de dragado complementaria a e esta que permita que podamos resolver estos temas.