El centro de Rosario se transformó ayer en un verdadero caos en el cual, a
juzgar por los insultos y empujones que se propinó la gente, el común denominador no fue el
espíritu navideño. Caravanas de autos a puro bocinazo, paradas de taxis con largas hileras de gente
esperando que apareciera alguno, enormes colas en los bancos y la peatonal atestada mientras los
operarios daban los últimos retoques previos a su reinaguración (ver página 5). En el medio de este
pandemónium, la directora de Tránsito, Marcela Biscotti, reconoció que los inspectores "no dan
abasto" para encauzar la incesante llegada de vehículos. Como si esto fuera poco, la jornada
también tuvo su infaltable piquete en Mendoza y Sarmiento. Pero hubo una buena: al menos estuvo
nublado.
Algo es seguro, los rosarinos se volcaron en masa a hacer las compras navideñas
y confluyeron todos en el centro. Y mientras los comerciantes estuvieron de parabienes y
aplaudieron el aluvión (ver página 4), en las calles circular fue imposible.
En la zona de la city bancaria las colas fueron la constante ya que ayer se
pagaron los 200 pesos a los empleados que cobran la jubilación mínima y los 100 y 150 pesos a los
beneficiarios de planes sociales.
Por las calles del microcentro, el hormigueo de gente fue incesante durante toda
la jornada. Es más, hubo gente que estuvo hasta 20 minutos arriba de un auto para hacer tres
cuadras.
Por corredores como San Lorenzo, Santa Fe, Rioja, San Juan, Mitre, Sarmiento y
Maipú los taponamientos de tránsito fueron inevitables. "No damos abasto", reconoció Biscotti y
destacó que la cantidad de autos que llegaron hasta el área central fue "impresionante". Si bien
admitió el desborde del tránsito, explicó que se habían destacado 65 inspectores para dirigir la
masa de autos que copó el centro.
Relámpago. Mientras el centro se sumía en la locura, los inspectores montaron
operativos "relámpago" para verificar la documentación de motos y la utilización del casco. Ayer
remitieron más de 70 rodados al corralón municipal.
Sin ir más lejos, un operativo se había montado cerca del mediodía en Santa Fe y
Laprida con la detención de 20 motos en infracción. "Tratamos de estar en los puntos más
conflictivos, como Santa Fe y San Martín, San Martín y Rioja, Rioja y Presidente Roca y por calle
San Lorenzo. Tenemos personal motorizado, inspectores fijos y otros recorriendo la zona", detalló
Biscotti.
Los bancos estuvieron abarrotados de público, con largas colas por las veredas.
Entre los clientes se mezclaban aquellos que iban a cobrar el aguinaldo y quienes fueron a cobrar
el plus del gobierno para los salarios mínimos.
El golpe de gracia lo dieron los piquetes. En Mendoza y Sarmiento, vecinos de
Fuerte Apache (Paraguay al 6000) se movilizaron solicitando ayuda social a los funcionarios de
Promoción Comunitaria. La movida provocó nuevas hileras de coches de hasta tres cuadras
ininterrumpidas.
A la par que crecían los embotellamientos, el subsecretario de Gobierno, Jorge
Helder, ensayaba una explicación: "Tratamos de evitar el congestionamiento", indicó.
La pregunta del millón es qué pasará hoy. Es que si ayer que había inspectores
el centro fue un pandemónium, todo indica que el asueto municipal previsto para esta jornada desde
las 12 complicará aún más las cosas.
La peor de todas. Calle San Luis merece un párrafo aparte. La mezcla de camiones
que hacían (fuera de las normas vigentes) carga y descarga de mercadería, junto con los coches
particulares y los colectivos de diversas líneas de transporte no dieron respiro.
Las escenas de desorden la dieron los arreglos en Entre Ríos al 700. Allí una
cuadrilla de operarios terminaban de cortar las baldosas que van en el medio de la remozada
peatonal Córdoba. Todo esto en medio de la parada del colectivo y ante la desesperación de muchos
usuarios de no perderse el 120, entre el polvillo y el portland. Unos metros más hacia la facultad
de Humanidades y Artes se amontonaban tres contenedores con basura alrededor.
La perlita la dio la campaña de adopción de mascotas que el Instituto Municipal de Sanidad
Animal (Imusa) llevó adelante en la plaza San Martín. Se entregaron 15 animalitos, entre perros y
gatos y se realizó una campaña de vacunación de pichichos. Todo un bálsamo en medio del caos previo
a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
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