A ocho días de consumarse el regreso oficial de Central a primera división, que será el domingo que viene ante Quilmes en el Gigante de Arroyito por la primera fecha del torneo Inicial, los auriazules afrontarán hoy un amistoso formal ante Fénix de Uruguay, en el predio de Arroyo Seco. Allí Miguel Angel Russo buscará seguir dándole rodaje al equipo titular que, más allá de la inclusión de las incorporaciones que restan llegar, se perfila como la base para debutar ante el cervecero. Hasta ahora no hay refuerzos de renombre, ni de los catalogados como pesos pesados. Y en este sentido ni la cúpula directiva ni el cuerpo técnico están impacientes por este escenario. Y si bien siguen haciendo gestiones terminarán de completar el plantel aquellos apellidos que le cierren al DT.
Es obvio que tanto la dirigencia, como Russo, esperaban que a esta altura de los acontecimientos el escenario sea otro de cara al regreso a primera división, donde en principio el objetivo es sumar un piso de 50 puntos para no volver a renegar con el promedio.
Pero las intensas gestiones que se fueron realizando desde que se consumó el ascenso, hace más de dos meses, casi siempre encontraron de parte de los futbolistas apuntados algún escollo o excusa, echando por tierra los convincentes ofrecimientos económicos que se elevaron, que no eran para nada despreciables e igualaban las propuestas de clubes donde terminaron firmando.
Sin dar nombres propios para no herir susceptibilidades, lo concreto es que algunos jugadores habían comprometido su palabra de que si volvían al país era para ponerse la camiseta de Central y eso estuvo muy lejos de ser real. Otros en principio dieron el sí, pero luego sus esposas en diálogo con mujeres de otros jugadores que habían pasado por el club recibieron el consejo de que no vengan por la presión que significa jugar en Central.
Y también estuvieron los que prefirieron esperar las jugosas ofertas de afuera y dilataron las charlas, incluso hasta el límite del libro de pases. Algo irreprochable ya que el fútbol es una profesión y quiérase o no se juega por plata. El único que hace todo de corazón es el hincha genuino que cuenta las monedas para pagar la entrada.
En este escenario complejo debió moverse la dirigencia canalla y por eso hubo muchas charlas, llamados, reuniones, sondeos, acercamientos y cabildeos, pero muy pocas concreciones, revisiones médicas y firmas. Hasta ayer los nombres nuevos son los de Alejandro Donatti, Franco Niell, Lisandro Magallán y Guillermo Pol Fernández.
Incluso muchos de los jugadores apuntados en el borrador original de Russo debieron tacharse y otros apellidos tomaron la posta. Claro que también está la responsabilidad lógica de los dirigentes de tratar de convencer a los candidatos desde lo económico, pero además desde lo motivacional y desde la proyección que puede significar ponerse la camiseta de Central. Y evidentemente con varios apuntados esto no se dio. Es un mercado de pocos jugadores de categoría dando vueltas, pretendidos por muchos clubes.
A ocho días del debut el rubro refuerzos sigue siendo la piedra en el zapato de la pretemporada canalla. Pero hasta el jueves que cierra el libro de pases hay tiempo de mejorar la cuestión y abrochar esos tres o cuatro apellidos de jerarquía que se necesitan para terminar de potenciar al plantel. Para que el DT tenga más opciones a la hora del armado del equipo.
Claro que lo que le pasa a Central en el mercado de pases no es ajeno a lo que ocurre en la mayoría de los clubes de primera división, ya que son escasas las incorporaciones estridentes y tampoco hay equipos totalmente renovados en cuanto a nombres. Casi todo se viene haciendo a paso muy lento.
Dentro de lo bueno que se puede destacar en Central está la base que se conservó del torneo pasado y que realizó una pretemporada con los tiempos necesarios para llegar en óptimas condiciones.
Y que el capitán del barco es Miguel Russo, que conoce muy bien el paño, que se esforzó por mantener a la mayoría de los que ascendieron, que avizoró de entrada la complejidad del mercado de pases y que priorizó que los futbolistas que se sumen lo hagan convencidos al ciento por ciento.
La nueva camiseta que anoche presentó Central en el predio de Arroyo Seco (ver aparte) será la que se verá el domingo que viene en el Gigante en el retorno al fútbol grande, al lugar del que nunca debió partir. La pretemporada hoy llega a su fin y la semana que viene será exclusivamente para pensar en Quilmes. El retorno a primera es inminente. Restan pulir los detalles futbolísticos y terminar de acoplar a los que ya llegaron y a los que todavía faltan venir. El tiempo de jugar está muy cerca.