Asunción.— La aparición de un nuevo caso de presunta paternidad del
presidente de Paraguay amenaza con desatar una crisis de imprevisibles consecuencias. La denuncia
pública cayó como una bomba y empañó el clima de celebración que preparaba la gobernante Alianza
Patriótica para el Cambio (APC).
La coalición oficialista planeaba festejar ayer el primer aniversario del
triunfo electoral que el 20 de abril de 2008 terminó con 61 años de hegemonía del Partido Colorado
y abrió un nuevo capítulo en el país.
El senador Oscar Denis, del Partido Liberal Radical Auténtico, aliado de Lugo,
reconoció ayer que la imagen del presidente se desprestigia, y advirtió que la situación puede ser
aprovechada ahora para que se realicen denuncias falsas.
"Que aparezcan todos". Desde la oposición, el senador Miguel Carrizosa, del
centroderechista Partido Patria Querida, dijo que "hay que esperar que aparezcan todos los hijos"
de Lugo, y prefirió ser "prudente" antes de emitir una opinión respecto de la posibilidad de
entablar un juicio político al mandatario.
Ahora nadie se atreve a pronosticar lo que puede suceder, porque además de los
intereses políticos que juegan en una situación así, también incide mucho la cultura machista que
ha predominado por décadas en el país.
Según medios locales, la vida "desordenada" de la que algunos acusan a Lugo, no
es solamente un problema del ex obispo. En Paraguay, siete de cada diez hombres no reconocen la
paternidad sobre sus hijos, dijo Oscar Víctor Benítez, director del Registro Civil. "De cada diez
personas que se presentan a inscribir a sus hijos, siete son mujeres", reveló.
Cambio de gabinete. Entretanto, en medio del escándalo, Lugo anunció cambios en
cuatro ministerios, como parte de una reestructuración de su gabinete tras un año de haber ganado
las elecciones.
El mandatario sustituyó a los ministros de Agricultura y Ganadería, Industria y
Comercio, Justicia y Trabajo, y Educación y Cultura. Los tres primeros, del Partido Liberal, fueron
reemplazados por otros de la misma agrupación, por lo que no hubo cambios en el equilibrio de
fuerzas que integran la coalición.
En su editorial de ayer, el popular diario ABC Color, criticó duramente la
gestión del presidente. "Lugo parece abandonar definitivamente la posición ideológica que durante
la campaña electoral declaraba tener. Su supuesta posición de equilibrado centrismo (...) no era
más que un ardid para aplacar temores que su afinidad con extremistas de izquierda producía",
escribió el periódico.