A sólo 24 horas de que el Grupo Editorial Planeta anunciara que reeditará cinco libros clásicos de Roberto Negro Fontanarrosa (ver aparte), ayer habló su editor de la primera hora y amigo, Daniel Divinsky, dueño de Ediciones de la Flor. Dijo no estar sorprendido ni enojado, pero sí triste con el relanzamiento de la obra que él publicó y corrigió desde 1970 por decisión del propio Fontanarrosa. Y adelantó que no querellará a la firma, aunque, "para calmar la amargura", publicará las cartas que intercambiaron durante años con el Negro, que simplemente revelan que la relación que mantenían iba más allá de lo económico.
"Editorial Planeta rompió todos los códigos de las relaciones editoriales. A mí entender, habría comprado derechos bastante litigiosos al arreglar sólo con el hijo del Negro", explicó acerca de la disputa judicial por los derechos de la obra, aún no concluida, y que enfrenta desde 2008 a Franco, el hijo del autor, con su última esposa, Gabriela Mahy.
"El área 18", "El mundo ha vivido equivocado", "La Gansada", "La mesa de los galanes" y "No sé si he sido claro" llegarán entre el lunes y martes próximos a las librerías rosarinas. Y Divinsky ya lo sabía. Consultado por La Capital, dijo que hace dos meses uno de los cinco dibujantes encargados de ilustrar las nuevas portadas se lo había comentado. "Me enteré por él, pero nadie de la editorial me avisó formalmente. La cortesía que regía entre nosotros parece que, para Planeta, fue abolida. En una oportunidad, un escritor que publicaba con nosotros rondó por Sudamericana y me llamaron y preguntaron: «¿Ustedes mantienen la relación con él?»".
Divinsky asegura que el conflicto familiar se sigue dirimiendo en Tribunales (Juzgado Civil y Comercial Nº 12) y que él sólo presentó una demanda contra el hijo de Fontanarrosa, que trabó la publicación de un libro inédito titulado "Negar todo". La obra había sido escrita por Fontanarrosa antes de morir a los 62 años, el 19 de julio de 2007, por una esclerosis lateral amiatrófica diagnosticada cuatro años antes.
"Ese libro póstumo no lo pueden publicar porque hay un contrato válido. Tampoco el Martín Fierro, porque nosotros le compramos los dibujos. Con todo lo demás hubo una posición distinta. Un día, Franco nos notificó que dejaba sin efecto la renovación automática del contrato por los derechos que mantuvimos por años. No sé por qué surgió ese conflicto. Sólo sé que mantuvimos varias audiencias de conciliación y el hijo manifestó un encono que parece haber sido transmitido por el despecho de su madre tras la decisión del Negro de armar otra pareja", analizó Divinsky.
"Mis hijos". El titular de Ediciones de la Flor habla de los libros de Fontanarrosa como de sus "hijos". Recuerda que su relación duró 42 años y que los 70 títulos que componen su obra pasaron por sus manos. "Salvo «Best Seller» y «El área 18», que publicó editorial Pomaire cuando yo estaba en el exilio, todos fueron corregidos por mí. Les hice el corte final".
—¿Qué significa eso?
—El tenía ideas geniales, diálogos maravillosos, pero un descuido patético para redactar: tanto en lo ortográfico como en la sintaxis, o en la construcción. Entonces me los dejaba y nunca quiso ver lo que corregía. No sé si por confianza o por fiaca.
—¿Fontanarrosa tuvo otras propuestas editoriales?
—Sí. Siempre lo cuenta Juan Forn. Cuando él era director editorial de Planeta le dijo: "Negro, ¿por qué no te pasas con nosotros?". Y él contestó: "Salvo que les pase algo a los Divinsky... Pero que parezca un accidente, ¿eh?".