Los corredores gastronómicos Pichincha y Pellegrini volvieron a ser el epicentro de los festejos por el Día del Amigo en la ciudad. Sus bares y restaurantes representaron otra vez el escenario más elegido para esta celebración tan cara para los sentimientos de los rosarinos. En esta ocasión, los dos años de pandemia potenciaron el espíritu de encuentro que caracteriza esta fecha y los brindis se multiplicaron en cada mesa, en cada barra, hasta pasada la madrugada.
Desde la Secretaría de Control y Convivenci, se mostraron conformes con los operativos desarrollados y confiaron que, hasta el cierre de la edición papel, “no se registraron inconvenientes de consideración”.
Evidentemente, el frío no fue una factor de impedimentos. A medida que fue transitando la jornada de ayer, grupos de todas las edades fueron copando los grandes parques, los espacios públicos y los locales cercanos a la ribera.
Tampoco la severa crisis económica que atraviesa el país logró conspirar contra los festejos. Más allá de que anoche los que fueron a cenar a esos sectores tuvieron que erogar como mínimo 2 mil pesos por persona, muchos locales lucieron a pleno. Aunque también es válido precisar que los bolsillos flacos obligaron también a muchos a celebrar en casas particulares pidiendo por delivery o comiendo a la canasta. Esa fue otra modalidad que se repitió.
La explicación del aluvión de clientes que abarrotó los principales bares y restaurantes de Pichincha y Paseo Pellegrini también radicó en la coincidencia, en esta semana, de las vacaciones de invierno con Buenos Aires. Eso le sumó un aporte de turistas de esa zona, que suelen venir a la ciudad en este tipo de recesos.
Y para estar a tono con el contexto actual, muchos dueños de locales gastronómicos ofrecieron interesantes promociones y descuentos que sirvieron como foco de atracción.
También es verdad que, como en los últimos años, los festejos se dividieron en jornadas anteriores y en otros horarios durante la jornada de ayer. Muchos rosarinos eligieron también compartir desayunos o meriendas para abaratar costos de la cita. En esa franja horaria, se ofrecieron opciones básicas por 400 pesos hasta más completas por mil.
Más allá de que los responsables de los locales gastronómicos remarcaron que vienen de sufrir el castigo que significó la pandemia para ese rubro, el Día del Amigo al menos se transformó en un pequeño alivio, en un guiño para continuar dando batalla a las adversidades que impone la economía argentina.
Para celebrar la amistad, los bares ofrecieron tablas y picadas para compartir y promos de pizza con cerveza. Los que pudieron salir tuvieron que afrontar precios que variaban entre 2.000 y 3.500 pesos por persona. En Pichincha, se conseguían menúes con entrada, plato principal, postre y bebida por 3.000 pesos. Y también hubo alternativas de picadas y pizzas por unos 2.500. Y, en relación a las cervecerías, hubo locales que ofrecen happy hour de bebidas y pizzas por dos mil pesos.
En parrillas o lugares más sofisticados, el costo de una cena superaba los 4 mil pesos por persona. Otro restaurantes ofrecieron menúes de tres pasos de entre 4.000 y 6.500 pesos.
Con alcohol cero
Vale destacar que el de ayer fue el primer Día del Amigo bajo la normativa de alcohol cero con la actividad no recortada por las restricciones que impuso la pandemia por el coronavirus. El año anterior todavía se sostenían ciertas prohibiciones. En ese marco, Municipio y Provincia fiscalizaron autos y motos en forma conjunta en los principales corredores gastronómicos y en otros puntos estratégicos como las entradas y salidas de la ciudad.
Esos amplios dispositivos, arrancaron horas antes en los espacios públicos de la ciudad, donde hubo presencia de agentes de control.
Los dispositivos se extendieron hasta las 6 de la mañana en distintos puntos de la ciudad, y hasta el cierre de la edición papel hubo 350 controles y solo habían sido remitidas al corralón 30 motos y 2 autos, por faltas menores. En esos primeros controles no hubo alcoholemias positivas.