Referentes del kirchnerismo reconocieron que la restricción externa es el principal desafío para la política económica en los próximos dos años, pero aseguraron que el gobierno no resolverá la escasez de dólares con ajuste, mega devaluación o baja de salarios.
Paula Español, Roberto Feletti y Carlos Heller animaron el sábado en el Patio de la Madera el panel sobre economía del congreso sobre “Desafíos del proyecto nacional” organizado por la Corriente Nacional de la Militancia.
Sin cortapisas, tal la idea del encuentro, los economistas del oficialismo combinaron la reivindicación de las transformaciones de la década con el alerta descarnado de las amenazas del momento: el deterioro del superávit en las cuentas externas y la “tensión de precios”, como prefieren llamar a la inflación.
“Y sabemos que tenemos diez años de conquistas pero hoy es importante analizar qué desafíos tenemos para adelante”, advirtió Español, quien no dudó en mencionar a la restricción externa como el principal factor de tensión macroeconómica.
Recordó que la reducción en la disponibilidad de dólares para solventar las necesidades de una economía en crecimiento es una restricción que históricamente emerge en períodos de expansión sostenida de la actividad.
Aseguró que el gobierno nacional “no se desentiende de este problema” y por eso “piensa y repiensa una y otra vez este proyecto”. Profundizar la sustitución de importaciones y las exportaciones al mercado regional, “un espacio de 600 millones de consumidores”, son las políticas a largo plazo que recomendó intensificar.
Resaltó las medidas tomadas en los últimos años para apuntalar el crecimiento de la industria nacional: la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la reforma de la carta orgánica del banco Central y la nacionalización de YPF para achicar la brecha negativa en la balanza energética.
La importación de energía es uno de los grandes ductos por los cuales se van los dólares, admitió Feletti, quien sumó el “abultamiento” de vencimientos de deuda entre 2011 y 2015 y la mayor demanda de importación de insumos para la industria.
El ex viceministro de Economia se mostró convencido de que estas restricciones se resolverán en el mediano plazo. “La nacionalización de YPF ya se nota en un aumento de la inversión y la producción, y los vencimientos de deuda empiezan a aflojar a partir de 2016”, subrayó.
El diputado reconoció que la restricción externa se instaló como problema desde el día después de la reelección de Cristina Fernández de Kirchner. Y enfatizó que la particularidad de la actual administración fue abordar este histórico problema “sin trasladarle el problema de la escasez de dólares a los trabajadores, a través de devaluaciones violentas o recetas de ajuste”.
Reivindicó, en ese sentido, que el kirchnerismo “acabó con el posibilismo” en la economía argentina y eligió proponer a la argentina “un sueño de tener industria con salarios altos”.
Por eso, abundó, “se sortearán los problemas de balanza externa sin resignar las conquistas laborales y sociales alcanzadas en la última década, sin tocar los salarios y sin resignar los estímulos a la demanda interna, que son la base de la expansión de la economía”.
Con esta premisa, se limita la posibilidad de que los empresarios trasladen la presión que pone el déficit de divisas en el sector externo al sector laboral. “Frente a esta decisión política, los empresarios responden con menor inversión o aumento de precios, y allí es donde hay que discutir la tensión de precios”, dijo.
La competitividad, explicó, estará así en el centro de la discusión económica en los próximos años porque “obligará a discutir la tasa de ganancia y la tasa de retorno esperada por la inversión”, como paso previo a la sustentabilidad del modelo.