El marido de la infanta Cristina de España dijo ayer que no estaba al tanto de un cuestionable proceso de facturación de una empresa, de propiedad de la pareja, y negó que haber pedido una comisión de 400.000 euros para ejercer su influencia a fin de que el gobierno de las islas Baleares pudiera patrocinar a un importante equipo de ciclismo. Iñaki Urdangarin, cuñado del rey Felipe VI de España, comenzó a declarar ayer en el juicio por corrupción en Palma de Mallorca el que se sienta en el banquillo de los acusados junto a su mujer, la infanta Cristina de Borbón, y otras 15 personas. Urdangarin, de 48 años, está en el centro de un entramado que logró presuntamente suculentos contratos de administraciones públicas. Está acusado de haber desviado más de seis millones de euros junto a su entonces socio en el Instituto Nóos, una organización en teoría sin ánimo de lucro vinculada al mundo del deporte que se aprovechaba de su condición de yerno del entonces rey de España, Juan Carlos I. El fiscal pide 19 años y medio de cárcel para él.
En medio de una gran expectación por el arranque del interrogatorio del fiscal, el ex jugador de balonmano respondió a muchas preguntas con evasivas. "No lo sé" y "no lo recuerdo" fueron frases repetidas a lo largo de las dos horas de declaración, que se retomará el lunes. No obstante, admitió la contratación de trabajadores ficticios para la empresa que comparte con su mujer, Aizoon, y que habría sido una de las utilizadas para desviar y ocultar ganancias al fisco. No obstante, se desvinculó de la contratación fraudulenta. "Yo me dedicaba a lo que me dedicaba, tenía a unos asesores con estos temas", manifestó.
El fiscal preguntó también sobre el canon de 900.000 euros que pagó el gobierno valenciano a Nóos por la organización del Valencia Summit 2004. De esta cantidad, 400.000 euros acabaron en las arcas de las empresas instrumentales del entramado. "Cómo es posible que ese dinero acabe en la empresa de la que usted es propietario", preguntó Horrach: "No soy conocedor de esta materia porque no me he dedicado a ese tema".
También negó haber cobrado comisiones ilegales como mediador para conseguir un patrocinio deportivo al gobierno regional de las Islas Baleares, de lo que le acusó hace unos días ante el tribunal el ex jefe de ese Ejecutivo Jaume Matas. Matas aseguró en su testimonio que acordó pagarle a Urdangarin una comisión en 2003 como una especie de "peaje" por su influencia para poder patrocinar a Banesto, uno de los mejores equipos de ciclismo del mundo. "Nunca he sido ningún comisionista de nada, absolutamente no", dijo.
Su declaración ante el tribunal comenzó una vez finalizada la de su ex socio en Nóos, Diego Torres, que duró en total 27 horas, repartidas en cuatro días consecutivos. La infanta Cristina, de 50 años y sexta en la línea de sucesión al trono, está acusada de haber ayudado a Urdangarin a evadir dinero ganado ilícitamente. La acusación popular pide ocho años de cárcel para ella. Declarará previsiblemente la semana que viene, cuando termine su marido.
El tribunal reprendió ayer al fiscal, Pedro Horrach, por defenderla al iniciar su interrogatorio a Urdangarin. "Es la primera vez que advierto que una acusación cuestiona a otra acusación", dijo la presidenta después de que el fiscal cuestionara una prueba documental que la acusación popular había presentado el jueves. Horrach siempre ha estado en contra del procesamiento de la infanta Cristina, lo que llevó a enfrentarlo con el juez instructor del caso. De hecho, al inicio del juicio se alineó con la defensa de la hermana del rey para intentar sacarla sin éxito del banquillo de los acusados.
El caso Nóos hizo tambalear los cimientos de la monarquía española y contribuyó decisivamente a la abdicación del rey Juan Carlos I en su hijo en junio de 2014. Desde su proclamación, Felipe VI levantó un muro de contención institucional frente a su hermana y su yerno, con los que también la relación personal está rota. Junto a la hermana y el yerno del rey, están acusados el ex socio de Urdangarin y su mujer, así como políticos y ex altos cargos públicos, entre ellos el ex jefe del gobierno de las Islas Baleares Jaume Matas, que fue ministro con José María Aznar. El final del juicio se prevé para junio
Inédita consulta del PSOE a su militantes
El Partido Socialista (PSOE) inició ayer la consulta a sus militantes sobre el acuerdo al que llegó con el partido liberal Ciudadanos para intentar que Pedro Sánchez sea investido jefe del gobierno español la semana que viene. La votación en urna tendrá lugar hoy, pero los militantes que lo solicitaron con antelación pudieron votar ayer mismo a través de Internet. Es la primera vez que el PSOE, la segunda fuerza más votada en las elecciones de diciembre tras el Partido Popular (PP), lleva a cabo una iniciativa semejante. La consulta no es vinculante, pero se da por sentado que el comité federal ratificará el lunes el resultado. Unos 190.000 afiliados están llamados a pronunciarse sobre el pacto con Ciudadanos, que sin embargo no sirve por sí solo para investir a Pedro Sánchez.
PSOE y Ciudadanos suman 130 de los 350 diputados que tiene el Congreso, por lo que es necesario, como mínimo, que se abstengan el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy o Podemos. Los dos partidos han dicho que votarán en contra del socialista. El debate de investidura arranca el martes 1º de marzo. Ese día, Sánchez expondrá su plan de gobierno. Al día siguiente, responderán los portavoces de los demás partidos y tendrá lugar la primera votación de investidura, imposible de ganar por el líder socialista porque en ella necesita mayoría absoluta. Dos días después, el viernes 4 de marzo, tendrá lugar una segunda votación de investidura en la que ya "solo" necesita más síes que noes.
El presidente del Congreso, el socialista Patxi López, la había fijado inicialmente para el día 5, pero las críticas del PP de Rajoy porque entonces se superarían las 48 horas que la ley marca que deben transcurrir para la repetición lo llevaron ayer a rectificar y fijarla el día 4.
Contrarreloj. Pedro Sánchez intenta estos días presionar a Podemos para lograr la abstención, y para ello intenta identificar al partido izquierdista con el conservador PP. "Son tan de izquierdas que son capaces de votar en contra de un candidato socialista para que siga gobernando el PP", dijo ayer.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, hizo lo mismo con Rajoy. El jefe del Ejecutivo español en funciones le respondió sin embargo con una negativa a la carta en la que le solicitaba una reunión para exponerle el acuerdo firmado con Sánchez. "Espero que comprendas que yo no me sume a ese acuerdo, que no pueda suscribir ese contrato de adhesión y que, por tanto, no vaya a apoyar a tu candidato", escribió Rajoy en la misiva, publicada por los medios españoles. Rajoy sigue confiando en que una vez fracase la investidura de Sánchez, este y Rivera recapaciten sobre su oferta de gobierno de coalición con los tres partidos.