Mar del Plata (Enviada especial). - Les cuesta reconocerlo, por las diferencias de
ADN que tienen con el gobierno de Cristina Fernández, pero a los empresarios argentinos les va muy
bien. Así se desprende de los resultados de una medición de expectativas de ejecutivos presentada
ayer en el Coloquio de Idea en Mar del Plata, cuyos resultados hablan de una expansión para este
año por arriba del 8 por ciento, de un piso de crecimiento para 2011 estimado en un 5 por ciento, y
de la urgencia por invertir en ampliación de capacidad productiva, ya que 9 de cada 10 empresas
trabajan al límite de sus posibilidades por el sostenido aumento de la demanda interna. En ese
sentido, los empresarios prevén elevar al 13 por ciento la porción de facturación que será
destinada a solventar proyectos de inversión.
En su gran reunión anual, el empresariado local examina de cerca a sus
dirigentes más queridos —como Daniel Scioli, Francisco de Narváez, Eduardo Duhalde y Hermes
Binner— aunque todavía no definió a quien acompañará en las presidenciales del año que viene.
Por ahora, las críticas apuntan más contra las escasas formas institucionales del Ejecutivo que al
fondo del modelo económico, cuyas virtudes macro casi nadie cuestiona en el gran auditorio del
Sheraton.
"Estamos ante un ajuste de expectativas empresariales hacia arriba, porque todos
los sectores consiguieron mejores resultados que los esperados", aseguró el economista Dante Sica
durante la presentación de la encuesta sobre expectativas de ejecutivos realizada por
D’Alessio Irol.
Según ese trabajo, elaborado en base a encuestas on line a 231 hombres de
negocios locales, existe una buena valoración de la situación económica actual, así como una
perspectiva de mantenimiento de esas condiciones para el año que viene.
Para el 80 por ciento de los encuestados, el próximo semestre será igual o mejor
al que pasó, con un agregado interesante: los resultados para este último tramo del año son no sólo
muy buenos, sino incluso mejores de lo previsto. Esto los lleva a retomar decisiones de inversión
que mantenían paralizadas por razones de incompatibilidad política aparente con el matrimonio
Kirchner, pero que hoy parecen impostergables si no quieren quedarse sin productos para vender.
Es que a diferencia del año pasado, este año el 35 por ciento de los referentes
encuestados priorizó a demanda interna como su principal motor de crecimiento. Una demanda que
lleva a que las fábricas trabajen al tope de sus capacidades: el 54 por ciento dijo estar en una
tasa de ocupación entre el 85 y el 100 por ciento, sumado a un 34 por ciento que opera entre el 71
y el 85 por ciento de sus posibilidades. "Las empresas se están acercando al límite de la tasa
máxima de operación, si esto no se corrige y el consumo sigue aumentando pueden aparecer problemas
de abastecimiento", alertó el encuestador.
Para Sica, a lo largo de este año las empresas optaron por estirar al límite su
capacidad instalada, pero no la incrementaron. "Los empresarios se están replanteando esa decisión
ahora, y los buenos números pueden apurar inversiones para incrementar capacidad", dijo el
economista, para quien en un escenario de dólar planchado y salarios en alza no queda otra que
mejorar la productividad para no perder rentabilidad.
Una buena señal en ese sentido es el porcentaje de envío de remesas al exterior,
bastante más bajo que en otros países emergentes: el 42 por ciento de las firmas no remite
utilidades afuera, y sólo el 18 por ciento lo hace de forma total. Un margen dentro del cual, según
los especialistas, se encuentra la posibilidad de reinvertir.
En un análisis más fino, el documento muestra que el porcentaje de la
facturación anual destinado a inversión no ha dejado de crecer durante los últimos tres años,
pasando de un 8 por ciento en 2008 a un 11 por ciento en 2009, y a un 13 por ciento para el
presente año.