El verano rosarino y los fines solidarios enmarcaron un cotejo amistoso que llenó el Coloso de excusas de diversión. Los amigos de Maxi Rodríguez enfrentaron a los de Javier Zanetti y protagonizaron un evento descontracturado que sirvió para ver muchas caras conocidas, que despertaron dulces recuerdos y dejaron una grata sensación sobrevolando el parque Independencia.
Más de 6 mil espectadores pudieron disfrutar de un choque repleto de abrazos, situaciones simpáticas, gestos de camaradería y goles atractivos.
La gente deliró con Nacho Scocco, el más aplaudido por lejos. Y también pudo aprovechar de un golazo por arriba del Burrito Ortega, que mostró la magia intacta en sus piernas. No faltaron las situaciones disparatadas del Patón Guzmán (en el segundo tiempo jugó con una peluca roja, puso una filmadora en el travesaño y le sacó una pelota de ensueño a Gancedo), las corridas de Bruno Marioni. Y se palpó la calidad que evidencian en cada toque La Fiera, el Pupi Zanetti, Mascherano, Ever Banega y Martín Morel. Y eso que finalmente no estuvieron ni Leo Messi ni el Tata Martino.
Las notas de color las aportaron los cantantes Axel y Coti Sorokin, el actor Cristian Sancho y los rugbiers Todeschini (hizo un gol tras taco de Ortega), Rodríguez Gurruchaga y Contepomi.
De arranque, el equipo de Maxi formó con Guzmán; Vella, Domínguez, Maidana y Vangioni; Ponzio, Mascherano y Bernardi; Ortega; La Fiera y Scocco. El DT fue el Tolo Gallego. Ingresaron: Rosales, Sperduti, Mateo, Sorokin, Granados, Pavlovich, Sancho, R. Gurruchaga y Todeschini.
Los amigos de Pupi alinearon a Bossio; Zanetti, Samuel, Milito y Ansaldi; Banega, Gil, Tissone y Morel; Marioni y Chucky Ferreyra. El DT Ricardo Giusti y entraron: Gancedo, Axel, De Paul, Campodónico, Contepomi y Correa.
Fue un 5 a 3 entretenido a favor de los amigos de Maxi (goles de él mismo, Scocco, Ortega, Todeschini y Sancho, de penal). Descontaron Marioni, en dos ocasiones, y Axel. Mientras que Baldassi fue el juez.
Al final entraron todos y la cancha lució desbordada. Todos colaboraron con su buena predisposición para que sea una auténtica fiesta y hasta Vangioni se calzó los guantes que pertenecían al Patón Guzmán.
Y el cierre fue con aplausos, con los invitados en el centro del campo de juego repartiendo señales de gratitud y pelotas a la platea. Fue una atractiva noche de fútbol entre amigos que además fue vehículo de ayuda.





























