Que los clubes juegan un importante rol social no es una novedad para nadie. Sí lo es que entre sus funciones figure, por ejemplo, el de proveer baños con agua a quienes por cortes en el suministro eléctrico carecen también de ese servicio básico en sus domicilios. Eso es lo que le viene ocurriendo en los últimos días a la sede céntrica del Club Universitario (avenida del Huerto 1051), perjudicada por “una serie de cortes sucesivos de luz”, graficó ayer su presidente, Alfredo Fasce, lo que obligó a la entidad a suspender el uso de la pileta y limitarse a ofrecer sombra y otro tipo de juegos a los 350 chicos que participan de su colonia.
A veces los apagones afectan un par de fases, pero ayer habían dejado inhabilitadas las tres y no se podían garantizar las condiciones de salubridad del agua. Lo increíble es que, a pesar de eso, muchos de sus 2.050 socios ni siquiera así quieren irse: la explicación es que “en sus propias casas no tienen luz y la pasan peor”.
Uni, como se conoce popularmente al club, tiene dos predios: uno en pleno centro, en Sarmiento y avenida del Huerto, y otro donde funciona el campo de deportes, en Ovidio Lagos al 6600.
Por estar ubicada en un lugar estratégico de la ciudad, la sede céntrica permite “escapadas” incluso a quienes trabajan y disponen apenas de un par de horas para usar la pileta y tomar un poco de sol.
Pero esa opción que históricamente brindó el club ahora se encuentra jaqueada por cortes reiterados en el suministro eléctrico. Y ni siquiera insistentes reclamos a la Empresa Provincial de la Energía (EPE) han logrado una solución definitiva: el fin de semana pasado, por ejemplo, la luz se les apagó el viernes a la madrugada y regresó por un par de horas el domingo a la tarde, cuando se les volvió a cortar ya sin horario de retorno.
A veces son un par de fases eléctricas las que quedan fuera de servicio, pero ayer se afectaron las tres. Entonces, fue imposible utilizar la pileta y los vestuarios.
“Como la bomba no trabaja, el sábado nos quedamos sin agua, incluso en los vestuarios”, explicó el directivo.
Por eso, al no poder garantizar que el agua esté en buenas condiciones por falta de filtrado, directamente resolvieron prohibir el baño. “Si no, por falta de mantenimiento podríamos llegar a tener que vaciar la pileta, lo que lleva un día y medio, más otros dos días para volver a llenarla”, se disculpó Fasce.
Así y todo, muchos socios siguieron optando por disfrutar del “verde y la sombra” que ofrece el club, temerosos de que en sus propios domicilios no haya energía eléctrica.
Un alivio. Según el presidente de Uni, este verano los sorprendió el descubrimiento de que están brindando un servicio “solidario” a sus socios ante los reiterados cortes de energía y un calor verdaderamente insoportable.
“Ofrecer ese tipo de alivio es una función totalmente inesperada para el club y algo difícil de prever: hay gente que se queda hasta muy tarde simplemente para no tener que subir diez pisos a pie porque no tiene ascensor, o que se viene a duchar para poder ir a trabajar porque el edificio se le quedó sin agua”, graficó el presidente de la entidad.
Llevaban casi cuatro días sin electricidad
Aunque la temperatura lleva ya varios días en valores moderados, todavía hay gran cantidad de rosarinos que permanecen sin luz. Entre los apagones más extensos se cuenta el que desde el viernes pasado a la madrugada vienen soportando los vecinos de Ayacucho al 2200, muchos de los cuales ya se quedaron también sin agua. “Es una locura, no se puede vivir así”, se quejó Graciana, una de las habitantes de la cuadra cuyo edificio quedó convertido ahora en una “boca de lobo” porque hasta se le agotaron las luces de emergencia. Y pese a que desde el primer día del corte muchos insistieron por teléfono hasta lograr que les tomaran el reclamo, ayer afirmaban no haber visto aún “ni una sola chata” de la Empresa Provincial de la Energía (EPE).
De hecho, el inconveniente en la red de baja tensión de Ayacucho entre Riobamba y La Paz figuraba entre los que la firma tenía previsto arreglar ayer con cuadrillas reforzadas por personal de otras localidades y empresas contratistas.
Los otros lugares programados para los trabajos de reparación, concentrados mayoritariamente en el centro y el norte de la ciudad, eran Ayala Gauna al 8100, García y Larrechea, Garzón al 1200 bis, Matienzo al 500, Drago y Olivé, Casilda al 5500, Nazca y Acevedo, Campodónico y Bertolé, Fuhr al 1400, Río de Janeiro al 3300, Bernarda y Cabildo, Benito Juárez al 200, Las Flores al 3500, Paraguay al 500, Rivadavia al 2100, Salta al 1200, San Martín al 1100, España al 1900, Rioja al 2800 y pasaje Teucra al 800.
Según detallaron en la EPE, los inconvenientes detectados eran “de los más diversos” y afectaban directamente a los materiales de la red.