Aprendí en mi vida, por supuesto con los años, que de toda experiencia, aún de aquellas que
pueden verse como negativas, uno puede sacar conclusiones y muchas de ellas positivas. Como el
dicho popular “no hay mal que por bien no venga”.
Después de 16 años la UCR en Rosario tuvo sus internas partidarias. Sin
más, con el mismo padrón y algunos nuevos afiliados, sin depuración alguna. Es decir con
fallecidos, mudados y afiliados que negaron afiliación. Todos lo sabíamos, fueron las reglas de
juego, la aceptamos y así concurrimos a votar.
Sabíamos que el arma de la lista triunfante era “el clientelismo
político” es decir la compra de voluntades, le llamé “Juan Bolsón”. Es la acción
más deleznable, aprovecharse del hambre de la gente.
Este clientelismo actuó con la mayor potencialidad y eficacia. Por
supuesto contaron con el apoyo irrestricto de los dueños de la billetera, es decir Binner y
Lifschitz, ambos socialistas. No hicieron publicidad, no se conocían los candidatos, no los
hicieron conocer, total el método era otro, acarrearlos con remises de una empresa de 1ª clase, con
transportes escolares, trafics, taxis, etc, previo vale por bolsones y tomando asistencia previa y
posterior.
Nosotros con un romanticismo casi infantil, inocente, creíamos que
podíamos motivar a los afiliados a concurrir masivamente, a pie, en colectivo o con su vehículo
para que voten “en libertad”. Libres, no como esclavos.
Sucumbimos ante el “aparato de corruptelas varias”.
Comedores truchos entre ellas. Se enfrentaron “la convicción contra el bolsón”. El
resultado estuvo a la vista, como muchas veces en la vida, el romanticismo pierde ante la cruda
realidad.
Algunos datos llamativos.
1.- En Rosario, de un padrón de más de 70.000 afiliados, votaron apenas
8.543. ¿Es esta la UCR? Hasta donde la redujeron quienes hasta hoy la conducen y seguirán en la
conducción?
2.- Quien obtuvo hace dos meses 70.515 votos hoy en la interna de su
partido obtiene 3.600. ¿De quién son entonces los 70.515? Evidentemente no del partido que
representó. Evidentemente es más un candidato de “los independientes” que de la UCR. De
lo contrario, otro hubiese sido el resultado.
3.- Los 7.600 votos en todo el departamento Rosario de los vencedores,
¿es todo el radicalismo frentista? ¿Es esa la cantidad de votos con los que contribuyen en el
Frente Progresista? Escuálido apoyo. Por eso, ¿qué festejan y de qué se ríen los vencedores? ¿Con
ese capital creen que pueden reposicionar a la UCR y convertirla en alternativa?
Conclusión: No cabe duda que los radicales/empleados del socialismo han
logrado su finalidad, su objetivo, es decir someter nuevamente a la UCR a los intereses del
socialismo. Y ganarle a quien posicionó en las últimas elecciones a la UCR y la convirtió en
alternativa con 70.515 votos después de 16 años ausente en las urnas con escudo y sigla.
Los felicito correligionarios, han sido eficientes en el trabajo
encomendado por quienes les pagan. Los próceres del radicalismo se lo demandarán.
(*) Concejal reelecto y ex candidato de la Lista Amarilla de la UCR.