Dolly toma el diario y sus manos empiezan a temblar más que nunca. Pero esta vez el temblor es distinto. No es el que llegó para quedarse a través de los años; lo que lo produce es algo más profundo. Es martes, la mañana rosarina comienza a desandar y su nieto, Roy López Molina, posa sonriente en la tapa de La Capital debajo del título "El Pro ganó en todos los barrios". Las manos de Dolly tiemblan de felicidad.
Un día antes, la intendenta había llegado temprano al Palacio de los Leones. La esperaban el secretario de Gobierno, Gustavo Leone; el de Hacienda, Santiago Asegurado, y los concejales Enrique Estévez y Verónica Irízar. Pablo Javkin se sumó más tarde. La reunión fue a puertas cerradas el día después del duro revés en las urnas. Durante las primeras horas de la mañana los productores radiales habían buscado en vano la voz de Mónica Fein. Javkin, en tanto, ya había enfrentado micrófonos y señalado a "la grieta" como el principal culpable de la derrota de la lista de concejales que encabezaba.
Las reuniones se mantendrán durante todo el día. Las internas que desgastan al frente quedan expuestas y, para colmo, los aliados más díscolos las siguen dejando en evidencia. "A nosotros jamás nos llamaron y ya les habíamos advertido en 2015 que si no cambiaban el rumbo de gobierno, esto podía pasar", sostiene en declaraciones radiales María Eugenia Schmuck, ex integrante del gabinete de Miguel Lifschitz en su paso por la Intendencia, actual concejala del Frente Progresista y derrotada rival de Luis Contigiani en la interna de la coalición para definir los candidatos a diputados nacionales.
Schmuck mastica bronca y se nota. Ella y Sebastián Chale, el rival de Javkin en las internas a concejal, han sido ninguneados por la mayoría socialista que dirige el Frente Progresista. Y así, casi sin escalas, pasaron de aportar votos vitales para que Fein fuera reelecta en 2015 a ni siquiera ocupar puestos de relieve en la listas de las últimas Paso.
En la reunión se definen estrategias y un día después, con "el chico de la tapa" sonriendo, Fein encabeza una recorrida por el distrito Noroeste. Admite que "la grieta" los afectó y dice que irán casa por casa a contarles a los rosarinos las obras que están haciendo en los barrios.
Tal vez allí radique el principal error de la coalición oficialista. Sus candidatos estuvieron más preocupados por criticar al Pro que por mostrar lo que se está haciendo a nivel local. Si la campaña estaba nacionalizada, el Frente Progresista la nacionalizó más. El discurso de Contigiani, por ejemplo, no tuvo muchas diferencias con el de Agustín Rossi.
Como si esto fuera poco, el ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, pasó el miércoles por Rosario y vació un salero en la herida abierta de la coalición. "Los santafesinos están cansados del socialismo y en Rosario la gente quiere un cambio", señaló tras participar del precoloquio de Idea en la Bolsa de Comercio.
Un día después, el gobernador Miguel Lifschitz convocó a la militancia. "Nos estamos jugando el futuro del gobierno" les dijo al tiempo que pidió mayor compromiso para revertir los resultados en octubre.
El Concejo que viene
Sin dudas en las generales algunos votos migrarán. Algo es seguro, a nivel local, de las 13 bancas que se renuevan unas 6 podrían quedar en manos de Cambiemos, que pone en juego dos. El Justicialismo aspira a lograr 3 ó 4 y el Frente Progresista buscará mejorar su performance y quedarse con 3.
Si esto se concreta, Cambiemos será la primera minoría en el Concejo (su bloque contará con 9 bancas) y López Molina será el hombre que este sector propondrá como presidente del cuerpo legislativo local.
Así, con dos años por delante de gobierno de Fein, quien podría ser uno de los principales candidatos a reemplazarla ostentará un cargo por demás de crucial.
Mientras tanto, el Frente Progresista relanza la estrategia electoral y se prepara para enfrentar otra semana compleja. El próximo viernes se cumplirá el primer aniversario de la masiva marcha que exigió seguridad en Rosario y obligó a cambiar prioridades en las agendas de gobierno.
La problemática de la inseguridad se colará en plena campaña en momentos en que los resultados de la gran encuesta abierta de las Paso no fueron muy positivos para el Frente Progresista. Claro que la coalición tiene una carta en la manga: Lifschitz sabe de atravesar tormentas y es buen piloto en momentos difíciles. Veremos si hay tiempo.