Pese a que la publicación de encuestas está prohibida esta semana, se cree que el oficialismo venezolano estaría acortando la brecha que lo separa de la oposición con vistas a las elecciones parlamentarias del domingo. Igualmente, el chavismo del presidente Nicolás Maduro perdería el control del parlamento unicameral o Asamblea Nacional, por primera vez desde que llegó al poder en 1999. A la vez, una encuesta de un instituto internacional da cuenta de niveles récord de disconformidad con la grave situación de Venezuela: 85 por ciento de los ciudadanos está "descontento". La escasez se ha vuelto crónica y cada vez más extendida en los últimos años.
Maduro asumió el protagonismo en la campaña electoral oficialista. Entre "cadenas" de TV (hace al menos dos diarias) y actos públicos, siempre con un discurso polarizante y respaldado por el uso masivo de fondos públicos, el oficialismo habría logrado disminuir la brecha de ventaja de la oposición en unos 10 puntos porcentuales, según informa el diario colombiano El Tiempo. La ventaja opositora estaría así en torno a 15 por ciento. El diario bogotano es de los medios que sigue de cerca la situación en Venezuela, que afecta de lleno a Colombia.
La ley electoral venezolana prohíbe que durante estos días se publiquen encuestas, pero diversos análisis señalan que la fuerte presencia mediática del gobierno y la entrega masiva de recursos a través de actos televisados ha tenido cierto impacto entre algunos ex chavistas, que sin embargo todavía no se inclinan por votar a la oposición. "Aunque el chavismo ha perdido gente muy rápido, quienes se van caen en un proceso de transición, es una gente que realmente no sabe por quién votar", señala el analista Félix Seijas, presidente de la encuestadora Delphos.
Pero la indecisión y el acortamiento de la brecha no son suficientes para revertir la tendencia a que la oposición se haga con la mayoría de escaños de la nueva Asamblea Nacional. El sistema venezolano pone en juego la totalidad de las bancas, 187, del parlamento unicameral o Asamblea Nacional. Esto hace que las elecciones legislativas en Venezuela tengan un tenor político muy alto, tal como ocurre ahora.
Mientras, el discurso oficial no deja de endurecerse, con amenazas de que un triunfo de la "burguesía" pondría fin a los servicios sociales ("misiones"), que son la punta de lanza de la "revolución". La oposición asegura que la misión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) está tomando nota de estos abusos y también de sus temores, aunque no los expresen. Unasur mantiene el único contingente oficial de visitantes, pero se trata de una misión de "acompañamiento", y no de veedores electoral. La OEA vio rechazada solicitud de misión, al igual que la Unión Europea. "Hemos visto con atención que la delegación de Unasur no es un bloque homogéneo, hay grupos de algunos países muy preocupados que están haciendo muchas preguntas para saber bien lo que está pasado", asegura el opositor Julio Borges, director del partido Primero Justicia e integrante de la MUD.
Descontento altísimo. El 85 por ciento de los venezolanos están descontentos con la situación del país, según una encuesta del estadounidense Pew Research Center publicada en vísperas de las elecciones legislativas del 6 de diciembre. El instituto es considerado de los más prestigiosos del mundo en materia de encuestas. El dato supone un alza de 28 puntos con respecto a 2013, poco después de la muerte del presidente Hugo Chávez. Sólo el 14 por ciento de los venezolanos están "contentos" con la manera en que están yendo las cosas en Venezuela, precisa la encuesta.
En 2013, el 57 por ciento de los venezolanos decían que estaban descontentos con la marcha del país y el 40 por ciento se mostraban satisfechos. Los votantes de derecha están más preocupados por la marcha del país que los votantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) del presidente Nicolás Maduro. Existen grandes diferencias ideológicas en la mayoría de los asuntos. Los votantes de izquierda apoyan más las políticas del gobierno, tienen una visión más positiva de Maduro y están menos preocupados por los grandes problemas que afectan al país que los votantes de derecha.
La mayoría de los venezolanos, 52 por ciento, considera que Venezuela no debería seguir las políticas de Chávez, mientras que el 43 por ciento cree que debería hacerlo.
Denuncian actos de censura y hostigamiento a periodistas
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela denunció actos de censura contra medios de comunicación internacionales que llegan para cubrir las elecciones parlamentarias. La escandalosa "demora" de la famosa corresponsal de CNN, Patricia Janiot, en el aeropuerto internacional de Caracas durante más de cuatro horas, hecho ocurrido el miércoles a la noche, fue el último de muchos episodios de intimidación. También el equipo del canal argentino Telefé pasó por una situación similar.
El secretario general de la organización sindical, Marco Ruiz, alertó sobre una serie de hechos que "burocratizan" e "impiden" que los corresponsales extranjeros puedan hacer la cobertura normalmente. Han sido sometidos a un examen en las distintas embajadas y consulados, han debido firmar una carta compromiso "que constituye censura previa e impone la matriz de que los periodistas delinquen en su ejercicio profesional" y, más recientemente, les han decomisado sus equipos al momento de ingresar al país, reseña el Sindicato de Trabajadores de la Prensa.
El sindicato conoce los casos de CNN en Español, Telefe (Argentina) y Televisa (México). En las tres situaciones se esgrimió durante el trámite de migración en el aeropuerto que no presentaban una "declaración de admisión temporal" de los equipos. Pero "a lo largo de un mes de trámite con el Ministerio de Comunicación, el Consejo Nacional Electoral y la Cancillería, a los que se mandó la lista de equipos, nunca nos pidieron la declaración temporal", manifestó Patricia Janiot, de CNN. El argentino Guillermo Panizza, de Telefe, contó: "Nos sometieron a un chequeo técnico y documental; revisaron todos nuestros elementos de trabajo.Debimos presentar una admisión temporal y el inventario de los equipos que llevábamos acompañado por una nota en la que teníamos que explicar qué veníamos a hacer. Pero la embajada no nos había informado sobre esto", advirtió. Marco Antonio Coronel, de Televisa, manifestó que "no nos permitieron ingresar el equipo de televisión por no tener el permiso. Es una contradicción, ya que quien pidió y autorizó nuestra visa de trabajo fue el consulado venezolano en México, junto con las autoridades de aquí. Todos sabían que veníamos con cámaras".
Ruiz detalló que "a diferencia de lo que ha ocurrido en años anteriores, se obligó a solicitar una visa especial para cuya aprobación se requirió que los funcionarios de la embajada dieran opinión sobre los periodistas que presentaron la petición; se impuso la firma de una carta de compromiso que formaliza la idea de que los periodistas son delincuentes de la información", y por último, se dio la retención de equipos.