El Chaqueño Palavecino mueve multitudes. Es una de las figuras más
populares del folclore y siempre va por más. Ahora, el músico de Rancho El Ñato, del chaco salteño,
lanza un disco con 20 canciones de Horacio Guarany. Este homenaje, titulado "Abrazando al
caudillo",que saldrá a la venta antes de fin de año, es un puente con las raíces de la música
telúrica. Es el gesto de un cantor que no se calla y reconoce a un símbolo eterno del género.
"Quise homenajear a este gran ídolo mío en vida y me dí un gustazo", dijo Palavecino a
LaCapital.
—¿Por qué eligió tocar temas de Guarany?
—Tenía pendiente hacer un disco con los temas de él. Y fue un manera de
agradecerle por su amistad, por las canciones, por el enorme repertorio. Te digo que elegí veinte
temas y podría haber elegido veinte más. Tiene tantas zambas, pero por sobre todo tantas verdades.
No es fácil grabar sus temas, hay que animarse. Y lo hice con voz y guitarra, como se presenta
Horacio en los escenarios.
—¿Qué encuentra en común con ese repertorio?
—Tiene la esencia de las canciones que hago. Y elegí los temas que mejor
sé hacer, en esas chacareras se percibe algo parecido a lo que uno ama. Y también en las zambas,
por eso grabé "Piel morena" y otras no tan conocidas, en las que él refleja su riqueza, donde
resalta los valores de la amistad.
—¿Son almas paralelas en lo que respecta a popularidad?
—No, él es Maradona y yo sólo soy un buen jugador, si hablamos en términos
futbolísticos. No existen las comparaciones, además yo hice mis propias versiones, porque si lo
imito a Horacio voy muerto. Aposté al sentimiento y a canciones en las que me reflejé.
—¿Considera que Guarany es un caudillo, parafraseando al título del disco?
—Es un caudillo de los cantores populares. El hizo exclamar a la gente en
cualquier escenario en cualquier lugar del país. Es un distinto, la emoción que despierta no la
genera cualquier otro cantante. Me acuerdo que en los festivales lo esperaban hasta las madrugadas
para verlo cantar, y siempre les daba alegría y buena música.
—¿Usted siente que el folclore más moderno, con guitarras eléctricas y batería,
traiciona la esencia del género?
—No hay que buscar por ese lado, porque si nos vamos más atrás, pienso que
antes se tocaba el folclore sólo con guitarra y bombo, y después se agregó violín y bandoneón, y no
por eso se desnaturalizó. Lo que pasa es que el folclore es poco promocionado, nunca será un género
de moda. Los Nocheros son espectaculares como intérpretes, tienen su estilo y conquistaron a la
juventud en momentos en que el folclore estaba muy vapuleado. Ahí ellos le han dado una manita al
género. Hoy creo que lo tradicional y lo moderno puede convivir.
—¿No teme que al apostar tanto a lo tradicional, como en su caso, se corre el riesgo
de quedarse demasiado estacionado en un mismo lugar?
—Somos hijos de la naturaleza, músicos de la naturaleza, cantores de la
naturaleza. Muchos en mi pueblo no saben quiénes son los Beatles pero conocen al violinista de la
zona. Yo le digo que mientras conservemos las cosas nuestras, desde un buen asado hasta una buena
zamba, y seamos fieles a nosotros mismos vamos a perdurar. La gente que quiere escuchar tango va a
Buenos Aires, pero si quiere disfrutar una chacarera irá a una peña de Salta. Es así, si quiero
disfrutar un rock me voy a Los Angeles, porque allí la cosa se pone picante. Es la identidad, y por
ahí va el disco para Guarany. Además, quise homenajear a este gran ídolo mío en vida y me di un
gustazo.