El predio de la Bodega Encantada fue sede de la celebración de los cuarenta años de la tradicional Serenata a Cafayate. Un escenario renovado, con una imponente puesta de luces y sonido, dio el marco que hizo brillar cada una de las propuestas artísticas de esta edición de la máxima fiesta popular del noroeste argentino. El evento ideado por el bodeguero Arnaldo Etchart y creado artísticamente por el poeta César Fermín Perdiguero ofreció una programación anclada estéticamente en el formato tradicional en gran parte de su contenido. El Chaqueño Palavecino y Soledad figuraron entre los más destacados del encuentro, en el que también se lució Mariana Carrizo, en medio de una nueva polémica por el breve tiempo asignado para su show, algo que recordó el caos que vivió Cosquín por el mismo tema.
En la primera noche, la del miércoles, el escenario Payo Solá recibió a Los Manseros Santiagueños como artistas principales. La del jueves, tuvo como figuras sobresalientes a Sergio Galleguillo, Los Carabajal y Paola Arias. Enrique Aguilera, un ex-Nocheros, estuvo con su notable registro al frente de Los 4 de Salta. El viernes, se destacaron Mariana Carrizo, Los Huayras y Los Tekis.
Momento crítico. Los problemas de atrasos y enojos no son exclusivos de Cosquín, Cafayate tuvo también su momento crítico: cuando la coplera Mariana Carrizo estaba actuando en el escasísimo tiempo asignado, el intendente local dio la orden de acortar aún más su presentación. "Me voy despidiendo, tengo un tiempo muy chiquito este año", dijo la bagualera salteña antes de retirarse del escenario. El público estalló y costó convencerla para que regrese.
La larga noche de cierre, tuvo una programación variada y de alto nivel artístico. Coplanacu, muy temprano, con poco público, Caro Madeo (hija de Eduardo, el recordado integrante de Los Fronterizos) y ganadora de la Pre-Serenata, tuvieron destacadas presentaciones.
Los "Chalchaleros" Pancho Figueroa y Polo Román encendieron al público con el recuerdo nostalgioso de aquellos éxitos del conjunto. Las Voces de Orán, Pitín Salazar, la quenista local Mariana Cayón y el jujeño Bruno Arias, precedieron el lucimiento de Soledad.
A las seis de la madrugada, con el sol asomando, hizo su ingreso el artista más esperado todos los años: el Chaqueño Palavecino, quien de muy buen humor armó la fiesta serenatera que se extendió hasta las 8.30 de la mañana.
"Hace 22 años que vengo a esta fiesta", recordó mientras iba recibiendo invitados, entre ellos a Ivo, el pequeño hijo cantor del vicegobernador de Salta. Como en su casa, en confianza con su gente, se animó a las chanzas a las autoridades. "Ojalá laburara como laburo yo", le dijo al diputado Domínguez y "abra las puertas, si la plata ya la hicieron" le comentó al intendente y estalló el predio.
Cafayate, capital arqueológica de Salta, es conocida como la tierra del sol y el buen vino. El dulce sabor torrontés, el gran portal con alamedas y las casonas con estilo colonial resultan el marco ideal para la fiesta serenatera, que sigue siendo el festival más importante de esta región argentina.