El destino termina depositando muchas veces a los jugadores en países sorprendentes. Tal es el caso de Germán Herrera, quien juega en Emirates Club, entidad que interviene en la asombrosa liga de Emiratos Árabes Unidos. "Estoy bien, pero acá no hay pasión como allá. Me imagino cómo debe estar la ciudad con la llegada del clásico", relató el Chaqueño en diálogo telefónico con Ovación. "Estamos esperando este partido. Por suerte Central ascendió y ahora Rosario podrá disfrutar del derby otra vez. Si bien jugué clásicos muy importantes con otras camisetas, sinceramente como un Central-Newell's no hay. No se compara con nada. Es algo impresionante desde todo punto de vista", narró el delantero.
Herrera jugó un sólo clásico. Fue en el Parque en octubre de 2003 y terminó 1 a 1. Pero es más recordado por la acción que lo tuvo como protagonista cuando restaba poco para el final. "Todavía me acuerdo de ese encuentro. Me llevé la pelota con la mano y asistí a Messera, quien convirtió y todos celebramos el gol. Pero el árbitro (Elizondo) lo anuló y todo quedó ahí. Luego dije públicamente lo que pasó y es como que fue raro que haya dicho la verdad", recordó el punta para luego meterse de lleno en el partido que se avecina.
"Nos hacía falta a todos este clásico. Creo que para los que estamos tan lejos mucho más. Es el partido más esperado porque pasaron tres años del último enfrentamiento y eso hace que lo viva desde acá con mucha ansiedad", declaró el Chaqueño.
—Sí, ni hablar. Todo rosarino está esperando con muchísimas ganas de ver otra vez el clásico.
—¿Cómo vas a ver el partido?
—La única forma que tengo de hacerlo es vía internet. Así que el domingo estaremos con toda la familia prendidos a la computadora viendo al Canalla.
—Y bancando a dos amigos como Ferrari y Abreu.
—Seguro, son dos grandes amigos.
—¿Se valoran más estos tipos de partidos cuando se está afuera y no lo pueden jugar?
—Sí, hay cosas que cuando ya no las tenés las valorás mucho más. Jugar un clásico con la pasión que hay en Rosario es inigualable. Y mirá que con Corinthians enfrenté a Flamengo, que es el otro gigante de Brasil, como también a San Pablo, Palmeiras. O estando en Gremio enfrenté varias veces a Inter. Pero te aseguro como en nuestra ciudad no se vive en ningún lado. No sé cómo es un Boca-River, pero estoy seguro de que el nuestro es el más picante de todos. No tengo dudas de eso.
—Jugaste el clásico de La Plata, ¿se puede comparar con el de Rosario?
—También lo jugué y no es igual. Es pasional, pero nada que ver. Lo que se vive en Rosario no lo vi en ningún lado.
—¿Te gustaría jugarlo pronto?
—Sí, pero ahora lo veo más como hincha.
—¿Influye en algo que Ne-
well's hoy esté mejor que Central en lo futbolístico?
—No me pongo el casete, pero para este partido no cuenta cómo viene o está cada uno.
—¿Cómo son los clásicos allá?
—Acá no se viven como allá. Vamos a la cancha, pero es como ir a un partido a la escuela o al barrio. Sabés cómo se extraña el calor de la gente y de los hinchas. En estos pagos tienen otra cultura. Nosotros ya somos futboleros por naturaleza.
—¿Comentás ahí lo que genera un Central-Newell's?
—Sí, y también les muestro videos pero están en otra. No tienen noción de cómo se vive el fútbol en Argentina. Acá son muy tranquilos.
—¿Cómo te ves tras el partido?
—Celebrando con mi esposa e hija un triunfo de Central.
Entre un lugar placentero y los rezos
“Vivo en Ras Al Khaimah, una ciudad que tiene casi 300 mil habitantes y está a 80 kilómetros de Dubai. El fútbol no es pasional como allá, pero el lugar es muy placentero”, sostuvo Germán Herrera a modo de presentación sobre el lugar donde reside. “Acá predomina la religión musulmana y el rezo es sagrado. Lo hacen 5 veces al día”, amplió. En cuanto a la liga árabe graficó: “Es un torneo donde intervienen 14 equipos. Los dos primeros clasifican a la Champions asiática, mientras que los dos últimos se van al descenso. La mayoría de los conjuntos son de Dubai y de Abu Dhabi”.
—¿Cómo son los clubes allá ?
—Muy tranquilos. Mirá cómo será que no tienen socios.
—¿Y cómo entran a la cancha?
—Gratis. La gente llega un rato antes y se acomoda donde sea.
—Entonces va mucha gente a los estadios.
—No, al contrario, va poca. Cien personas por partido más o menos. Tienen otra cultura.
—¿Podrán cambiar esa manera de pensar?
—Lo veo difícil. Ellos tienen ganas de progresar, pero le falta organización. Sobre todo en las inferiores. No crean jugadores. Y los que están en primera no son cómo los que salen en otros países.
—¿Te pasó que se paró un partido para que todos rezaran?
—No, pero los partidos se programan en función de eso. Sí viví que lo hicieran en el entretiempo o en una práctica.
—¿Qué hacés en ese momento?
—Escucho música o me quedo sentado sin molestar. Son respetuosos en ese sentido y no te obligan a rezar.
—¿Cómo es el clima?
—Tiene lo suyo. En mayo, que es cuando se termina el torneo, jugamos con casi 40 grados de temperatura. Lo mismo pasa cuando comienza la temporada, o sea en septiembre. Por eso se hace la pretemporada en otro país.
—¿Y cómo lo soportan?
—Te adaptás. Además cuando estás acá no te queda otra, ja. Por suerte mi familia también la lleva bien.