El calor del fin de semana pasado y la lluvia provocaron una inesperada invasión de mosquitos en la ciudad, a pesar de que la Municipalidad ya había realizado tareas de fumigación. Y hubo más: el brusco descenso de la temperatura registrado ayer hizo que los insectos buscaran refugiarse en los espacios cerrados, potenciando el malestar de los rosarinos.
Al respecto, el director de Parques y Paseos municipal, Nicolás Mijich, explicó ayer que "se dieron condiciones atípicas: un agosto más lluvioso que lo que corresponde y temperaturas más altas de lo normal".
"Dos factores que provocaron el nacimiento de los mosquitos, que deberían haber llegado más tarde", indicó.
No obstante, el funcionario advirtió que "no todos los insectos que se ven son mosquitos". Dijo que hay una especie de zancudos, que tienen otra apariencia, con patas un poco más largas y cabeza diferente. Son herbívoros y, por lo tanto, no pican a los seres humanos.
No obstante, esa diferenciación no minimizó la gran cantidad de mosquitos que molestó a los rosarinos.
Inesperados. Lo cierto es que, durante el invierno, el mosquito adulto muere. Sólo quedan latentes los huevos que pusieron con anterioridad, hasta que las condiciones meteorológicas provocan el nacimiento.
Esto ocurrió la semana pasada en función de la gran cantidad de lluvia caída y las recientes temperaturas superiores a los 25 grados.
La Municipalidad adelantó un mes y medio las fumigaciones aéreas en todos los parques de la ciudad y el control larvario en 40 sectores con zanjas. Los operativos empiezan, generalmente, a principios o mediados de agosto, pero este año arrancaron en julio pasado.
Pero los mosquitos terminaron picando en punta.