¿Cómo vender pinturas, teatro, cine, música, bailes, circo? Generar negocios es un arte y el arte puede ser un buen negocio pero hay que conocer las herramientas precisas para saber venderlo. El licenciado en economía y amante del cine, Marcelo Casanova, propone un modelo de negocio aplicado a los bienes culturales para poder “vivir del arte”.
Teniendo como telón de fondo que “en la facultad de arte generalmente hay pocas herramientas comerciales disponibles y en la facultad de ciencias económicas generalmente hay pocas herramientas creativas disponibles”, Casanova consideró que aunque se da esta situación “naturalmente están unidas porque cualquier actividad humana en algún momento tiene que trocarse”.
El magíster en ciencias empresariales sostiene que la gestión cultural puede ser llevada adelante por los propios artistas que tenga ganas de vender sus obras y realizaciones o por profesionales, y en este último caso advierte que hay que derribar algunos mitos. “A los artistas le decimos que se pueden vender ellos mismos, si les gusta, si tiene espíritu vendedor y sino que se asocien a un vendedor, que busque una forma asociativa, una cooperativa, un amigo que tiene pasta para vender, una galería de arte o en el caso del cine algún productor cinematográfico o agencias de publicidad. Hay que perder el miedo a que se va a perder plata o tiempo”, detalló Casanova en la previa a la segunda edición del taller “Arte y negocios” que brindó en la Asociación de Graduados de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
otra mirada. Casanova advirtió que “hay que romper los prejuicios de las comisiones en la galerías”. Si bien —dijo— está el mundo artístico más ortodoxo de que “yo con el mercado no transo”, invitó a volcarse un poquito más a la heterodoxia. “Sos un artista, sos infinito, lo que hiciste es pasado, vendelo, sacátelo de encima, dale lugar a tu creatividad nueva, dejalo correr, que circule. No lo pienses como algo oscuro, sino como luz. No te podés quedar con los cuadros de hace cinco años. Que la mochila sea livianita”, apuntó el hoy asesor de una sociedad de Bolsa local y antes estudiante de cine.
El economista explicó que es fundamental que cada artista elabore un plan estratégico y como con la consola de un músico ir ajustando todas las variables disponibles. “En el tema precio dónde me pongo, arriba o abajo. Cantidad de un producto, hago miles o trabajo con la pieza única del artista. En marca, desarrollamos marca propia de un artista o no. Por ejemplo, Marta Minujin entiende muy bien el concepto de desarrollar una marca, si le decís que desarrolle una competencia para Coca-cola lo va hacer porque tiene creatividad y creatividad aplicada a los negocios”, contó Casanova. El especialista indicó que todas “son decisiones que tiene que tomar el artista” y agregó algunos puntos más a tener en cuenta. “Compartís o no compartís lo que haces, están aquellos que producen y son una máquina de acumular pinturas, cosas de madera y no le dan circulación. Si lo sacas al mercado, lo das en consignación o lo vendés vos mismo en tu local”, detalló.
Casanova dijo que todos estos interrogantes son “una invitación a pensar estrategias comerciales para que tu arte se venda y que puedas vivir de eso”. En ese sentido, dijo que la idea es crear puentes para que artistas y artesanos puedan vivir de eso y no se tengan que dedicar a otra cosa y recordó una publicidad de Canal A que dice: “Para vos que cuando te preguntan que haces y decís que son artistas te pregunta de qué trabajas”.
Los tips. El licenciado en economía advirtió que todos estos tips son para que los tomen en cuenta artistas y artesanos de todo tipo, gente del cine, el teatro, las danzas, la escritura, pintura, arte web, diseño. En lo que respecta a cada disciplina precisó que “hay gente como la de diseño que se vende muy bien, que está más con el mercado porque por ejemplo dibujan el logo de una marca y no tienen algo tan personal como el artista que pinta con sentimiento” pero remarcó que “la pintura es un producto” que puede ser comercializado.
Casanova también se refirió al manual tradicional del comerciante: qué vender, dónde, cómo, cuándo y a qué precio. “Si tenés 20 pinturas, ver cuáles vendes y en base a lo que hay buscarle el público. Si lo vendés entre amigos, a amigos de amigos, en Facebook, o te sentás en la plaza Pringles o ponés un local propio, o so vas a Buenos Aires a un museo o una galería. Hay muchas alternativas”, detalló al mismo tiempo que destacó que la clave es “emocionar al vender productos”.
En suma, Casanova recomienda tres canales de comercialización: el taller propio donde pueden recibirse visitas y ver cómo se trabaja; dar las obras en consignación o venderlas a terceros en una galería de arte o en una productora si se trata de cine. Y teniendo en cuenta el alcance que tiene el mundo on line, también propuso utilizar las páginas de Facebook, no los perfiles personales, sino crear un espacio para trascender más allá del nombre de cada artista.
“Tratamos de derivar mitos como decir que todos los mercaderes son transeros o todos los artistas son holgazanes. Todo comerciante necesita un creativo y todo creativo necesita un comerciante. La gestión cultural vista desde los latinos es siempre con el auspicio público, en cambio en la visión más anglosajón o en Japón tiene un precio, es una película, es un dibujo animado pero siempre con independencia económica”, señaló para concluir con una recomendación: “Inventante, reinventante y volvete a reinventar”.