Un 3 de diciembre de 1912: Mano única para las calles rosarinas. En consideración al crecimiento del número de automóviles en la ciudad, la Intendencia prohíbe expresamente la circulación contraria al sentido prestablecido. Asimismo, pidió a los conductores de los distintos vehículos que disminuyeran la velocidad al cruzar la bocacalle o al doblar. A esta reforma se sumaría años más tarde, el 10 de junio de 1945, a nivel nacional, el cambio de mano en el tránsito vehicular: se pasó de la circulación por izquierda -inglesa- a la circulación por derecha -nortemericana-. Esto trajo un buen número de consecuencias en la industria automotriz, la que tuvo que cambiar su patrón de construcción -con volante a la izquierda a partir de esa fecha-, y se debió cambiar la señalización existente en las rutas nacionales y caminos provinciales.