El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sostuvo ayer que el "gobierno obviamente no tiene nada que ocultar" sobre las líneas telefónicas de la Casa Rosada que aparecen vinculadas con narcotraficantes en la causa de la efedrina, por lo que respondió "con la transparencia debida" al requerimiento de la Justicia federal.
En su habitual contacto con periodistas en la Casa de Gobierno, Capitanich adelantó que no haría "ninguna mención adicional a lo que ya dijo el secretario general de la Presidencia", Oscar Parrilli, quien leyó el lunes públicamente la respuesta del Poder Ejecutivo al requerimiento de la jueza María Servini de Cubría.
El ministro coordinador, igualmente, señaló que en esa respuesta "se ha identificado con mucho detalle el requerimiento judicial, la identificación de los números correspondientes, en hora, tipo de llamada, etcétera, etcétera; admitiendo que es un conmutador con diferentes niveles de línea", lo que dificultaría establecer quiénes realizaron las llamadas.
"Por lo tanto, el gobierno garantiza responder en tiempo y forma al requerimiento judicial, lo hace con la transparencia debida, y porque obviamente no tiene absolutamente nada que ocultar", agregó el jefe de ministros.
El lunes, el gobierno le contestó públicamente a Servini de Cubría a quiénes correspondían las líneas telefónicas de la Casa Rosada que aparecen en la causa de la efedrina y, sin hacer acusaciones puntuales, detalló que fueron de áreas de distintos funcionarios y ex funcionarios, entre ellos los presidenciables Daniel Scioli, Sergio Massa y Julio Cobos.
Servini de Cubría, la semana pasada, había intimado al gobierno a que informe sobre los números telefónicos que aparecen en la causa y amenazó con allanar la Casa Rosada si desde Presidencia no se daban los informes que ella, a través de una oficio, había requerido.
Pero anteayer fue el propio Parrilli quien contestó públicamente el pedido de la magistrada, a quien no se privó de criticar por haber hecho, según el funcionario, "declaraciones inapropiadas" cuando amenazó con allanar la Casa de Gobierno.