A menos de tres semanas para que Donald Trump asuma como presidente de Estados Unidos, el fabricante de automóviles Ford, objetivo de sus dardos durante la campaña electoral por hacer vehículos en México, anunció ayer que cancelaba una inversión de 1.600 millones de dólares en el país vecino. La cancelación de esa inversión supone revocar su expansión en el país fronterizo, ya que con ella pone fin a su intención de construir una nueva planta en San Luis Potosí.
El anuncio de la gigante automotriz ocurre en momentos en que Trump aumenta las presiones sobre las grandes empresas estadounidenses para que traigan de regreso al país sus plantas de producción o ensamblaje y ayuden a crear puestos de trabajo. Segundo mayor grupo automotor de Estados Unidos, Ford parece haber entendido claramente el mensaje y anunció haber dado marcha atrás en sus planes de abrir una nueva planta en México, donde crearía unos 2.800 puestos de trabajo.
Al tiempo que canceló sus planes en México, Ford anunció una inversión de 700 millones de dólares en el Estado de Michigan, donde creará 700 nuevos empleos. El dinero se invertirá en la ampliación de la planta de Flat Rock, en la que se producen los modelos Mustang y Lincoln y donde ahora se fabricarán también vehículos eléctricos y autónomos. Michigan es un Estado golpeado brutalmente por la fuga de plantas industriales al extranjero, y donde Trump logró una victoria fundamental en las elecciones de noviembre pasado. El segundo mayor fabricante de vehículos de Estados Unidos, que tiene cuatro plantas en México, fue amenazado por Trump durante la campaña con tener que pagar un arancel del 35 por ciento por los autos fabricados en el país vecino.
El anuncio que hizo Ford ayer llegó horas después de que General Motors, el mayor fabricante estadounidense, fuera objeto de una arremetida de Trump por producir en México el modelo Chevy Cruze y no pagar tasas al introducirlo en Estados Unidos para la venta. "¡Fabriquen en Estados Unidos o paguen una tasa alta en la frontera!", escribió en Twitter. En la misma red social retuiteó después una noticia con el anuncio de Ford.
La multinacional salió a defenderse de inmediato, y anunció en un breve comunicado que produce la versión sedán del Cruze en Ohio. "Todos los Chevrolet Cruze sedán en venta en Estados Unidos son producidos en la planta de montaje de GM en Lordstrom, Ohio. GM produce el Chevrolet Cruze de cinco puertas para mercados globales en México y un pequeño número es vendido en Estados Unidos", explicó, a la defensiva, el fabricante.
Rever el Nafta
El magnate republicano, que asumirá como presidente el 20 de enero, quiere renegociar el tratado de libre comercio con México y Canadá (Nafta). Hasta ahora se consideraba que Trump tenía una buena relación con GM, cuya presidenta, Mary Marra, lo asesoró en cuestiones económicas. Además, el futuro mandatario tiene debilidad por Cadillac, una marca de la compañía automotriz.
Kellyanne Conway, que fue su jefa de campaña y será asesora presidencial en su gobierno, retuiteó también la noticia y la acompañó del "hashtag" "#AmericaFirst", Estados Unidos primero. Ese fue uno de los lemas de la campaña electoral de Trump, en la que defendió el proteccionismo económico como forma de mantener empleos y arremetió contra los tratados de libre comercio, acusándolos de destruir puestos de trabajo en el país.
La marcha atrás dada ayer por Ford supone un duro golpe para México, donde la apertura de una nueva planta iba a traer consigo la creación de 2.800 empleos. La fábrica de San Luis Potosí iba a unirse a las otras cuatro que Ford tiene en suelo mexicano y en las que en conjunto emplea a cerca de 9.000 trabajadores. Dos de esas plantas están en el Estado de Chihuahua, una en el de México y otra en Sonora. El fabricante estadounidense, que en su país da trabajo a unas 85.000 personas, mantiene sin embargo su intención de producir la próxima generación del modelo Focus en la planta de Hermosillo, en Sonora.
La economía del país vecino se está viendo duramente afectada por la llegada de Trump a la Casa Blanca ya antes de que esta se produzca. Las amenazas a México del republicano, que asegura que pondrá fin al NAFTA, el tratado de libre comercio entre los dos países y Canadá, hicieron caer fuertemente el peso mexicano desde su victoria en los comicios presidenciales del 8 noviembre. Hoy se pronunció esa caída.
"Voto de confianza"
El comunicado de Ford no vinculó las decisiones anunciadas a la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero su presidente y CEO, MarkFields, dijo que la inversión en Michigan es un "voto de confianza" al ambiente empresarial que está creando Trump. Aseguró no obstante que su empresa no ha cerrado acuerdo alguno con el presidente electo. "Lo hacemos por nuestros negocios", manifestó.
En su cruzada contra la deslocalización de empresas estadounidenses en México y Asia, que en las elecciones le dio un apoyo importante en cinturones industriales que antes votaron demócrata, Trump consiguió ya impedir que una de las compañías importantes del país desistiera en su intención de llevarse puestos de trabajo al país vecino. El fabricante de aires acondicionados Carrier y el presidente electo acordaron a finales de noviembre mantener en el estado de Indiana mil empleos que iban a irse a México gradualmente de ahora a 2019. En la comparecencia en la que se escenificó después ese pacto,Trump lanzó de nuevo su amenaza: "Las empresas no volverán a irse de Estados Unidos sin consecuencias", manifestó.
Despidos en Toyota
En tanto, Toyota inició el traslado de cientos de empleos de su sede en el norte de Kentucky como parte de una consolidación nacional de sus operaciones. Los despidos comenzaron ayer en la planta de Toyota en Eerlanger y continuarán hasta fines de 2018, informó el diario Kentucky Enquirer. La compañía, que está trasladando sus instalaciones a Plano, en las afueras de Dallas, dijo que la medida afectará a 648 trabajadores.
Erlanger era la sede estadounidense de ingeniería y fabricación de la automotriz japonesa desde 1996. El funcionario municipal Marc Fields dijo que la ciudad lamenta la partida de Toyota, pero empezó a prepararse para este momento desde que la empresa anunció sus planes en abril de 2014. "Tenemos la suerte de que varios negocios nuevos han llegado a Erlanger desde el anuncio o están en camino hacia aquí", añadió. "El futuro luce prometedor... Seguiremos atrayendo negocios y promoviendo la ciudad ante los interesados". La compañía nipona ha realizado obras filantrópicas en Kentucky y es uno de los principales contribuyentes en Erlanger.
Proteccionismo. Operarios de la planta de Michigan mantendrán sus puestos tras el anuncio de Ford.