Nueva York. — Estados Unidos cree que nuevas sanciones a Irán por su
programa nuclear provocarán que la sociedad iraní reaccione contra su gobierno y considere que
“no vale la pena” pagar ese precio. Al mismo tiempo el país persa lanzó un
“ultimátum” a Occidente sobre el mismo tema.
Según el New York Times, Estados Unidos está pensando en imponer nuevas
sanciones a Irán, aprovechando la creciente impopularidad del gobierno. Las sanciones recaerían
sobre la Guardia Revolucionaria, brazo armado del régimen y con un papel clave en la represión de
las manifestaciones, que estallaron como respuesta al fraude electoral que permitió la reelección
del presidente Mahmud Ahmadineyad en junio pasado y que resurgieron en diciembre.
El análisis de la Casa Blanca es que esta persistente ola de protestas
ofrece “una oportunidad de aplicar sanciones que convenzan a los iraníes de que el precio que
hay que pagar por el programa nuclear no vale la pena”. A la vez, la inteligencia
estadounidense ha detectado importantes caídas en la producción de uranio en el complejo nuclear
iraní. El uranio, dependiendo de su grado de riqueza, puede usarse para fines pacíficos, como la
producción de electricidad, o para una bomba atómica.
El nuevo año trajo una nueva escalada verbal de parte de Irán. Los
países occidentales le habían dado plazo hasta fines de 2009 para que aceptara la propuesta de las
Naciones Unidas de enriquecer su uranio en Francia y Rusia. Irán rechazó esta proposición, y ahora
lanzó un “ultimátum” a Occidente. Su ministro de Exteriores, Manucher Mottaki, advirtió
que Occidente dispone hasta “fines de enero, no más” para aceptar la contrapropuesta al
plan de la ONU, consistente en que el intercambio de uranio se haga en territorio iraní. Para la
ONU, esta opción no ofrece garantías mínimas de control.
En tanto, un periodista iraní, acusado de difundir “propaganda
contra el sistema islámico”, fue sentenciado a seis años de prisión y cinco de exilio en el
desierto. Además, se le prohibió de por vida participar en política. El reportero condenado, Ahmad
Zeidabadi, es uno de los cientos de detenidos durante las protestas contra el fraude electoral.