Si alguien consigue ganar millones con la voz de un burro es que ha llegado lejos en Hollywood. Y Eddie Murphy, que brindó su voz al asno de la cuarta y última entrega de Shrek, “Felices para siempre”, se embolsó cuatro millones de dólares.
Si alguien consigue ganar millones con la voz de un burro es que ha llegado lejos en Hollywood. Y Eddie Murphy, que brindó su voz al asno de la cuarta y última entrega de Shrek, “Felices para siempre”, se embolsó cuatro millones de dólares.
Así, no extraña que el astro de Hollywood, que cumple hoy 50 años, figure con frecuencia en la lista “Forbes”. En 2008 ocupó el tercer lugar entre los millonarios de Hollywood, por detrás de Will Smith y Johnny Depp. Ese mismo año fue “galardonado” con el Razzie Award como peor actor protagonista y de reparto por la comedia “Norbit”, en la que él mismo interpretaba casi todos los papeles importantes.
Aquel filme le valió además el trofeo a la actriz secundaria imposible por su papel de la obesa y malvada Rasputia. Y en 2010, los organizadores de estos irónicos premios lo distinguieron como “peor actor de la década”, imponiéndose a rivales como Ben Affleck, Mike Myers, Rob Schneider y John Travolta.
En esos casos, Murphy pone su más amplia sonrisa. Ya lo hacía de niño en Brooklyn, donde tras la muerte de su padre se crió con su madre y su padrastro en un entorno humilde. Primero logró hacer sonreír a su hermana, y luego a sus compañeros de colegio. A los 19 ya era cómico habitual del espectáculo “Saturday Night Live”, que también lanzó a la fama a Chevy Chase, Dan Aykroyd, Billy Crystal y Bill Murray.
En 1982, un joven Murphy conquistó a la crítica con su primer papel, que no era precisamente para reírse. En el thriller “48 horas” daba vida a un preso que ayuda a un detective (Nick Nolte) a capturar a un asesino. Con su segundo filme, “De mendigo a millonario” se convirtió de la noche a la mañana en una estrella de la comedia encarnando a un mendigo que se convertía en un rico empresario.
Un año después, Murphy protagonizó uno de los grandes éxitos de taquilla de los 80 con “Un detective suelto en Hollywood”. En ella encarnaba al policía de Detroit Axel Foley, que se ve arrastrado por una investigación a la exclusiva ciudad de Los Angeles. La saga continuó en 1987 y 1994.
Algunos fracasos. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. Su debut en la dirección, “Harlem Nights” (1989), fue un fracaso, igual que la cinta “El chico de oro”. En “Boomerang” (1992) enamoró a dos bellezas, y no sólo ante las cámaras: durante algún tiempo mantuvo una relación sentimental con Halle Berry y Robin Givens.
En “El profesor chiflado” (1996) brilló por partida doble: como el científico obeso Sherman Klump y su descarado alter ego Buddy Love. Tras este mordaz taquillazo pasó a tonos más familiares con “Dr. Dolittle”, donde encarnaba a un veterinario que habla con sus pacientes de cuatro patas. Y con “La mansión embrujada” (2004) se convirtió definitivamente en una estrella para el público infantil.
Los críticos no se volvieron a tomar en serio a Murphy hasta “Soñadoras” (2007), un musical que fue nominado a ocho Oscar. En el filme sobre un trío femenino de cantantes negras de soul en los 60, el actor destacó interpretando al artista adicto a las drogas James “Thunder” Early. No consiguió la estatuilla de la academia como mejor actor de reparto, pero sí se alzó con el Globo de Oro.
Por Laura Vilche