"Sergio le empezó a dar facazos al viejito mientras estaba tirado en el suelo. Le dicen Chaque y tiene la cara cortada por el medio". Ese relato de un testigo directo del crimen de José Luis Leiva, un hombre de 50 años asesinado con 19 puñaladas en marzo pasado frente a un quiosco de barrio Ludueña, fue uno de los que comprometió a un joven de 22 años detenido días atrás en Chaco y que ayer fue sometido a una audiencia imputativa en los Tribunales de Rosario. Sergio Víctor C. escuchó en silencio ese y otros testimonios leídos por el fiscal, en base a los cuales quedó acusado como autor del crimen y con prisión preventiva sin plazos hasta el juicio.
Leiva era hermano de crianza de la militante social Mercedes Delgado, asesinada en enero de 2013 al quedar en medio de una pelea entre bandas a metros de su casa de Garzón y Bielsa. Por el crimen del hombre hay otro detenido, Leonardo F., de 24 años, quien fue apresado en las horas posteriores al caso y desde entonces está preso a la espera del juicio por homicidio doblemente agravado por encubrimiento y alevosía. La misma imputación fue aplicada ayer a Sergio Víctor C. en la audiencia presidida por el juez Javier Beltramone.
La acusación. Según el planteo que realizó el fiscal Damián Cimino, Leiva llegó desarmado la madrugada del sábado 15 de marzo a un bar de Ghandi y Magallanes donde discutió con los dos acusados hasta que Leonardo lo retuvo por los brazos mientras Sergio le asestaba una veintena de puñaladas. El encargado de la acusación planteó que al hombre lo siguieron hiriendo cuando estaba en el piso, sin chance de defenderse, en "estado de ebridad" y en desventaja por su edad. Señaló que el ataque fue cometido con "crueldad y brutalidad" y por eso le achacó a Sergio C. un delito que prevé prisión perpetua.
De acuerdo con esa reconstrucción, aquella noche Leiva estaba tomando vino con un chico del barrio de 18 años al que le dicen Jonita. En un momento este joven se fue caminando hasta el quiosco de Ghandi al 5900 a comprar vino y allí discutió con dos muchachos que, al parecer, le atribuían haberle faltado el respeto a la concubina de uno de ellos. En medio de esa pelea, Jonita fue cortado en el cuello y regresó a contarle lo sucedido a Leiva, quien enseguida salió hacia el bar a recriminarles a los agresores lo que había pasado.
Uno de los testigos, cuyo relato fue leído ayer, describió así esa secuencia: "Estábamos en el quiosco de Macho. Nos estaban por vender un vino y Jonita le empezó a decir cosas a Sergio. Este le dijo que no quería pelear, pero después le dio una piña, sacó un cuchillo y le pegó en el cuello. Al rato caen cuantro o cinco pibes con el viejito (por Leiva). Leo lo agarró al viejito de las manos y Sergio le empezó a dar facazos. Le daba mientras estaba tirado en el suelo. Después escuché que Sergio le decía a Leo «lo matamos, lo matamos»".
Fue sin armas. El mismo Jonita acusó por el crimen a Sergio, a quien en Ludueña también conocían como Chuqui por su cicatriz en el rostro: "Sacó una daga finita para matar chanchos y me tiró un facazo. Fui adonde había estado tomando con Leiva y él se fue liso, sin arma, a pelear con los pibes". Otro testigo contó que, luego del incidente con Jonita, llegaron al bar cinco pibes y tras ellos Leiva: "Empezó a pelear con Leo a las piñas y lo dejaron solo. El morocho le pegaba puntazos y lo tenían entre los dos en el suelo. Después le revisaron los bolsillos en el piso".
En ese ataque Leiva sufrió cortes en el cuero cabelludo, la mandíbula, el brazo izquierdo, el hombro derecho, el costado izquierdo del pecho, el parietal izquierdo, las axilas y la espalda. Las heridas en el tórax le provocaron una severa hemorragia que le causó la muerte. Según la autopsia, no tenía heridas de tipo defensivo.
En ese momento Sergio C. llevaba un mes viviendo en Rosario, adonde se había instalado los primeros días en la casa de un tío. Había llegado desde Las Breñas, su ciudad natal en Chaco, a trabajar como ayudante de albañil. La tonada chaqueña afloró en su voz ayer cuando respondió a preguntas sobre sus datos personales, aunque se rehusó a declarar por el caso.
El joven fue detenido el 11 de julio pasado en Las Breñas por un robo con arma en esa localidad y entonces se descubrió que tenía un pedido de captura de la Justicia rosarina. Ayer llegó a la audiencia con los ojos inyectados en sangre, visiblemente golpeado. Tras un planteo de la defensora pública María Celia Pasquali, quien denunció que C. sufrió maltratos por parte de los policías que lo retuvieron, se dispuso que lo revisara un médico forense
El juez Javier Beltramone, tras escuchar a las partes, ordenó la prisión preventiva sin plazo de Sergio C. y aplicó la calificación legal solicitada por el fiscal. Entendió que existen "suficientes testimonios, entre ellos cuatro testigos directos" que ubican al acusado como probable autor de las 19 puñaladas.