Entre 1.000 y 1.200 personas vivaron anoche al ex presidente Eduardo Duhalde en su acto en el
Patio de Madera, lanzado ya como candidato nacional para el año que viene.
El ex mandatario enfrentó un auditorio despojado de las caras conocidas
del peronismo santafesino, ausente también de aunque sea un intendente o presidente comunal
cercano, y poblado en cambio de trabajadores afiliados a distintos sindicatos. Entre ellos
sobresalían los pertenecientes a Uatre (peones rurales) con banderas que daban cuenta del lugar de
origen de las delegaciones.
En referencia a los escraches y la pegatina de afiches que él sufrió en
Rosario, y a las intimidaciones anónimas que son noticia en Buenos Aires, Duhalde acusó al gobierno
de “ser el responsable de esta vieja política del enfrentamiento”.
“Mis amigos me dicen que tenga cuidado, que estos tipos son
peligrosos. Y yo les advierto que a mí no me van a parar con escraches: tendrán que buscar un
francotirador para lograrlo”.
El público, con banderas de Rafaela, Bouquet, San Gregorio, Arteaga,
María Teresa y María Susana, entre otras localidades, lo aplaudió en cada pasaje pero vitoreó más
cada referencia del bonaerense a los Kirchner.
Duhalde prometió que en caso de llegar a la presidencia buscará
“la unidad de todos los argentinos” para que haya “paz”. Una y otra vez le
pidió que el público levante y haga flamear las banderas argentinas y cerró su discurso con un
“viva la patria”.
Antes había contado que semanas atrás lo reprendió un cura párroco.
“Estaba hablando a un grupo de gente en un pueblo y de repente llega el padre y me dice:
mire, para empezar debe rezar 1.000 padrenuestros por haber apoyado a este señor a la Presidencia
de la República”.
Estuvo su esposa Chiche, el gremialista Gerónimo Venegas, titular de
Uatre, y por supuesto el legislador Norberto Nicotra, que organizó y habló antes que él.


































