Disidente chino forzado a dejar la embajada de EEUU

Pekín. — El activista chino por los derechos humanos Chen Guangcheng pidió de forma dramática al presidente estadounidense Barack Obama que lo ayude a salir de China, después de verse forzado a abandonar la embajada norteamericana por presión del régimen comunista. Medios extranjeros y organismos de derechos humanos criticaron a EEUU por acceder a las presiones chinas y dejar que Chen abandone la legación diplomática.

La crisis se produce en medio de la visita a China de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. El disidente declaró que "estamos en peligro", en entrevista a la CNN desde el hospital adonde se dirigió tras dejar la embajada. Chen —un conocido abogado ciego de 40 años que escapó de su arresto domiciliario, al parecer con ayuda de EEUU— afirmó que ahora quiere salir de China lo más pronto posible porque teme por su vida y la de su familia.

A Chen le dijeron que podría reunirse con su familia si dejaba la embajada y que iría a un lugar seguro. Estados Unidos ha dicho que quiere ayudar a Chen Guangcheng, pero un portavoz de la embajada rechazó adelantar cuál puede ser la salida. Solamente subrayó que de forma paralela a la visita de Clinton hay conversaciones con las autoridades chinas sobre el caso. También con el propio implicado y su mujer, Yuan Weijing, añadió. Clinton, a su llegada, llamó al gobierno chino a respetar los derechos humanos de sus ciudadanos, pero sin mencionar el caso del activista ciego.

Funcionarios estadounidenses respondieron a las críticas alegando que Chen quería quedarse en China y que dejó la embajada por "voluntad propia".

La esposa, atada a una silla. En la entrevista con la CNN, Chen afirma que tras refugiarse en la embajada su mujer estuvo dos días atada a una silla por los policías del régimen, y que estos trajeron bastones y amenazaron con matarla a golpes. Le dijeron que si no salía de la embajada para el miércoles, se llevarían a su esposa y a sus dos hijos. "Me dijeron que se los llevarían y los golpearían". Además, Chen Guangcheng se mostró muy "decepcionado" con el gobierno norteamericano y sus funcionarios. "La gente de la embajada me instó a irme y me prometió que habría gente que se quedaría conmigo en el hospital", aseguró. "Pero cuando llegamos allí se fueron todos". Chen vivía bajo arresto domiciliario desde que salió de prisión en 2010, tras cumplir una pena de cuatro años de cárcel.